Pide ‘perdón’ Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu a lendakari, por las declaraciones en las que eludía considerar a los de ETA como terroristas. Pero es peor el remedio que la enfermedad. Para empezar, sigue negándose a llamar terrorismo al terrorismo, lo que no supone solo una flaqueza moral, sino, antes que nada, un desencuentro con la realidad: ETA ha sido una banda terrorista de libro. 

Pero además, Otxandiano, al tiempo que dice que pide perdón, continúa buscando justificaciones y atenuantes a los crímenes cometidos por ETA. Un ejercicio imposible de equilibrismo. Afirma, por ejemplo, sin atragantarse, que "una de las tradiciones políticas que hoy pertenece a EH Bildu" –la rama exterrorista de la coalición, se entiende, que es una curiosa ‘tradición’– "fue ‘agente de dolor’ en el pasado, después fue ‘parte de la solución’". Para llamar a ETA ‘agente de dolor’, un rebuscado eufemismo, es preferible lo de ‘grupo armado’ que dijo el otro día. Y decir que fueron ‘parte de la solución’ –será porque dejaron de matar o de jalear a los que mataban– no tiene competencia como cumbre del cinismo. Desfachatez insuperable. Pero se supera, porque aún añade que la interpelación sobre la etapa de la violencia de ETA "no puede ser unilateral, esto tiene que ser un proceso multilateral". Es decir, que ETA no es la única que debe reconocer sus faltas, porque la responsabilidad de la violencia no fue solo de ETA. La culpa del terrorismo no es de los terroristas. En fin, todo un poema. Para pedir perdón así, mejor callarse. Lo único bueno, me parece, es que Otxandiano y Bildu, a cuatro días de las elecciones, hayan sentido la necesidad de matizar sus palabras. No saben ni pueden hacerlo en un sentido ni sensato ni decente, porque son lo que son. Pero han debido de asustarse ante los posibles efectos que su desliz tenga en las urnas. Tal vez eso quiera decir que muchos de sus posibles votantes aún no están del todo desorientados.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Víctor Orcástegui en HERALDO)