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  • Editorial

La tensión en Oriente Próximo exige contención

El presidente de Irán, Iranian President Ebrahim Raisi (D), junto al líder de Hamas Ismail Haniyeh en Teheran, Irán.
El presidente de Irán Ebrahim Raisi, junto al líder de Hamas Ismail Haniyeh en Teheran, Irán.
EFE

Los dirigentes de Teherán y de Tel Aviv están librando una guerra de nervios con el intercambio de amenazas, operaciones de propaganda y diseminación de rumores sobre la anunciada represalia iraní por la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria, entre ellos el general Mohamed Reza Zahedi, en un bombardeo contra el consulado iraní de Damasco. 

Varios países de la comunidad internacional han lanzado mensajes en las últimas horas pidiendo contención. Lo cierto es que hay que reclamar la máxima prudencia porque nadie debe echar más combustible al fuego. Una nueva y más amplia conflagración regional tendría efectos imprevisibles.

Desde el bombardeo del consulado se han multiplicado las promesas de venganza del líder supremo de la República Islámica, Ali Jamenéi, y otros altos cargos, en unos mensajes que parecen destinados a alimentar el miedo. En Israel tampoco callan y el ministro de Exteriores, Israel Katz, ha advertido que "si Irán ataca desde su propio territorio, Israel responderá y atacará en Irán". Este cruce de amenazas forma parte de una suerte de permanente batalla psicológica entre ambos países.

Irán e Israel llevan años librando una guerra encubierta con ciberataques, asesinatos y sabotajes en su lucha por la hegemonía regional, pero han evitado hasta hoy una confrontación directa. El mayor peligro es que ahora pasen a un enfrentamiento directo. Si el Gobierno de Netanyahu está demostrando en Gaza que no se detiene ante las normas del derecho internacional y las prudentes peticiones de sus aliados, aún más inquietante es la teocracia de los ayatolás, con una permanente mentalidad de país acosado y con la posibilidad de tener la bomba nuclear en muy poco tiempo.

Colapso en las autorizaciones ambientales

El Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) necesitaría medio año de trabajo para ponerse al día en la tramitación de los 6.500 expedientes pendientes de resolución. Este colapso del órgano clave para la concesión de las autorizaciones ambientales a las empresas debe resolverse con un plan de choque que aborde con urgencia las cuestiones complejas, simplifique los procedimientos y extienda el uso de la Administración electrónica.

Toque de atención de la Airef a la DGA

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) insta a la DGA a corregir el crecimiento del gasto para evitar el deterioro estructural de sus cuentas. El informe sobre el primer presupuesto del Gobierno PP-Vox advierte del riesgo de que incumpla la regla de gasto. No es consuelo que en la misma situación se encuentren el resto de autonomías y las diez principales entidades locales del país, incluido el Ayuntamiento de Zaragoza.

Generalitat: más embajadas que desaladoras

La Generalitat ha dejado sin ejecutar 700 millones de euros del presupuesto de 2023 que estaban destinados a infraestructuras hídricas, según ha denunciado Núñez Feijóo en Lérida. El gobierno autonómico ha creado «seis nuevas embajadas» en el extranjero, mientras que "no ha construido ni una sola desalinizadora". Cataluña tiene un grave problema de sequía que exige inversiones para desalanizar, reutilizar y aprovechar mejor el agua.

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