Sami Hamidi y la seguridad

El padre y el hermano de Sami Hamidi, el argelino asesinado por miembrios de la DDP en la zona de Doctor Cerrado en noviembre de 2018, en su entierro en el cementerio musulmán de Torrero.
El padre y el hermano de Sami Hamidi, el argelino asesinado por miembrios de la DDP en la zona de Doctor Cerrado en noviembre de 2018, en su entierro en el cementerio musulmán de Torrero.
Guillermo Mestre

El 18 de noviembre del año 2018, Sami Hamidi, de 19 años, fue asesinado en las puertas de una discoteca zaragozana, en la calle Princesa. Un machetazo en la pierna le seccionó la arteria femoral.

En el juicio, celebrado en el Juzgado de Menores número 2 de Zaragoza, el magistrado impuso ocho años de internamiento al menor que le mató y una condena de cinco años a los otros dos implicados.

Cinco años después, el autor material del crimen ha comenzado a disfrutar de los primeros permisos, decisión justificada por un buen comportamiento en el centro de menores.

Al mismo tiempo, el Juzgado de Instrucción número 11 ha optado por el sobreseimiento provisional de la causa que se seguía por su posible pertenencia a una banda latina, organización declarada ilegal por el Tribunal Supremo. La defensa solicitó el archivo de la causa ante la falta de prueba incriminatorias.

El padre de Sami, Nadir, manifestó antes del juicio, en 2018, su convicción de que el crimen guardaba relación con las bandas. Se preguntaba, entonces, por qué la Policía no registraba a los grupos que practican una cultura que lleva, a veces, a matar y que "buscan apoderarse de los barrios y de todo lo que puedan".

Nadir, natural de Argelia, llevaba décadas en España cuando perdió a su hijo. Afirmaba que él no se quedó en España por dinero. Fueron otros los motivos. "Me quedé –decía– por la libertad, la seguridad, la alegría, las fiestas…". Pero avisaba que como la Policía no se haga cargo de los violentos, "os van a quitar la manera de vivir. Han hecho de la violencia su modo de vida".

Una síntesis perfecta de lo que comporta la falta de seguridad. Probablemente, si estas afirmaciones hubieran sido hechas por políticos o periodistas españoles, más de uno les hubiera llamado fascistas y alarmistas. A Nadir nadie le podía decir eso, porque la acción criminal le costó la vida de un hijo.

Tenemos una Policía muy preparada. Lo que necesitamos son gobernantes que se empeñen en que los ciudadanos pacíficos, la inmensa mayoría, puedan vivir sin miedo.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Carlos Sauras en HERALDO)

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