Mujeres aragonesas en puestos directivos

Dicen que las mujeres no ostentamos grandes puestos, que son más los hombres quienes los ocupan. Igual es que ellos son más ambiciosos que nosotras. La mujer que se propone subir y ascender lo consigue sin ningún problema, más en estos tiempos en los que vivimos. 

El otro día hablé de una científica, hoy hablo de una financiera, su hermana, Laura de Andrés, otra zaragozana a la que ascendieron a directora jefe en su empresa, el otro día. No es científica, pero sí alguien a destacar en el mundo de las finanzas. Luego dicen que no hay mujeres en cargos directivos. Orgullosas, las zaragozanas, de tener mujeres tan valiosas como estas. Seguramente hay muchas más; pero poco se habla de ellas. Habrá que ir descubriendo donde se encuentran. Gracias a sus esfuerzos, están donde se encuentran, en la cima de sus deseos. Una en la empresa pública, la otra en la privada. Un aplauso para ellas y para todas esas mujeres que han conseguido sus objetivos en la vida. Quizás lo lleven en la sangre, quién sabe, o quizás sean luchadoras natas que en su día se propusieron esos grandes propósitos y los han llegado a superar. Animo a las mujeres a seguir sus ilusiones, a conseguir sus sueños, sus proyectos de vida. Todo se puede conseguir con dedicación plena y mucho trabajo. Las mujeres podemos, que no nos hagan creer lo contrario. Lo importante es llegar a nuestra meta, que muchas veces es infinita porque seguimos trabajando en nuestra propia superación. Los sueños se cumplen, el tuyo también.

Nuria Marruedo López. ZARAGOZA

La hazaña del Marcos Frechín: la película y la realidad

Vi el tráiler de la película ‘Menudas piezas’, del director zaragozano Nacho G. Velilla, que se suponía que iba a contar la hazaña del Club de Ajedrez del Colegio Público Marcos Frechín, formado por alumnos de 33 nacionalidades diferentes y que se alzó con el Campeonato de España Infantil. Cuando supimos que Velilla estaba interesado, el equipo directivo, el profesorado y las familias aplaudimos la idea. Sin embargo, pronto supimos que la historia iba a ser desvirtuada: por lo pronto, el director de la Escuela de Ajedrez durante más de 20 años, don Enrique Sánchez ‘Donen’, iba a transformarse en una figura femenina, y el colegio se convertía por la magia del cine en instituto de enseñanza media y nuestro barrio de Las Fuentes, en un lugar conflictivo. Entonces nos bajamos de la nube y nos sentimos engañados. ¡Triste final para la verdadera gesta protagonizada por nuestros maravillosos alumnos del Marcos Frechín!

Francisco Giménez Olivares, maestro jubilado del CEIP Marcos Frechín ZARAGOZA

Sacar España adelante

Oigo a mis amigos repetir que España sale adelante gracias al españolito medio, que cada día madruga, va a trabajar, mantiene la familia unida, un poco de descanso y vuelta a empezar. Algunos incluso rezamos. Y pienso que es verdad y que la mayoría conseguimos ser felices así. Pero, ¿tenemos el gobierno que nos merecemos? No entiendo que algunas personas tengan inmunidad para hacer el mal. Vamos a ver, ¿no se les llena la boca hablando de igualdad? ¿Pero a qué le llaman igualdad, si mientras hombres y mujeres de a pie trabajamos día y noche sacando el país adelante y, si cometemos un pequeño error, ya nos clavan una multa o vamos a la cárcel, y los políticos pueden robar de las arcas que nosotros llenamos y fragmentar España, con la violencia que eso reporta en la sociedad? ¿La justicia? Si se la pasan por el pie, si los jueces no tienen ni voz ni voto a no ser que los pongan ellos a dedo. Esto es una decadencia y una dictadura. Sólo pido que los que pueden paren este desgobierno. Pero, hasta entonces, tranquilos, que los españolitos –desde Galicia a Cataluña, desde el País Vasco a Andalucía, pasando por Asturias, Cantabria, La Rioja, Navarra, Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, las islas Baleares y Canarias, Madrid, Murcia, Ceuta y Melilla– seguiremos sacando España adelante.

Mariajosé Bibián Lamarca. ZARAGOZA

Demoras en las citas médicas

Se puso mi hija mala y al ir a sacar cita con la pediatra me daban para una semana, la tónica habitual. Hace un año, la misma pediatra nos pidió cita con el traumatólogo en el Hospital Militar y, pasado este, como todavía no teníamos ni la citación, me quejé por escrito. Supongo que será casualidad pero dos semanas después me llegó la citación: más de 14 meses de demora desde la petición, me río yo de las cifras de listas de espera que salen en los medios. La pediatra del centro de salud ya nos advirtió de que de 3 o 4 traumatólogos que deberían pasar consulta en el Militar, actualmente sólo hay uno. Ante semejantes cifras, todos nos planteamos recurrir a la sanidad privada, aunque algunos nos resistamos por principios. Pues bien, de todos es conocida la preferencia por la sanidad privada de la derecha, ejemplos sobran, ahí tenemos el flamante nuevo hospital listo para inaugurar. Lo sangrante para mi es que cuando gobierna la opción política que dice defender la sanidad pública ocurre lo mismo, aumentan las listas de espera y se socava e infradota a la sufrida sanidad pública. E igualmente pasa con la educación. Negro futuro el de los servicios públicos.

Jesús García Caballero. ZARAGOZA

Corrupción y sociedad

El otro día olvidé en un carrito de compra de una gran superficie un cuaderno de colorear que había comprado para mi nieto de tres años. Volví unas horas más tarde y pregunté si alguien lo había encontrado y entregado. Me dijeron que no. Así que me fui y compré otro. Relaciono esta anécdota con la falta de ética, honestidad y buenas formas que preside en la actualidad la sociedad política española, en relación con comisiones irregulares o con sucios negocios que aparentemente invaden nuestras vidas. No quisiera decir esto, pero me da la impresión de que una parte de la sociedad española no es honrada. Si no devuelven un bien ajeno que se han encontrado, y de irrisorio precio, ¿qué no harán en cuanto tengan la posibilidad de hacer una chapuza mayor? ¿Qué enseñanza le da a su hijo al no devolver lo encontrado? Rescatemos los valores, por favor.

Fernando Martínez de Baños Carrillo. ZARAGOZA

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