Por
  • Manuel de Miguel

Vida ocupada

El afán de aprovechar el tiempo al máximo nos impide vivir la vida.
El afán de aprovechar el tiempo al máximo nos impide vivir la vida.
Fabien Huck

Un circuito que recorre 4 países en 5 días o saborear lentamente la ciudad que te encanta. Detenerte cuanto quieras en el cuadro que te sobrecoge o sentirte obligado a no dejar sin visitar ni una sala del museo. Leer a 17 columnistas nacionales sobre el último debate vergonzoso en el Congreso o abrir con calma una buena novela.

Sentirse culpable si en la agenda pervive un hueco o al contrario provocarlo y mantenerlo hasta que llega el momento y entonces improvisar lo que te apetezca. Repasar sinceramente cuántas horas dedicas a cada actividad y, dejando aparte tus compromisos de trabajo, salud o familia, interrogarte sobre cuánto destinas a tu felicidad y disfrute.

Consulta en el móvil cuántas horas lo utilizas, te asustarás y seguramente aprenderás a dejarlo olvidado de vez en cuando. Si publicas en redes o grupos de whatsapp cada una de tus actividades, atrévete a comprobar que no necesitas contar todo. Un pésimo síntoma es activar la doble velocidad para escuchar un audio o un podcast y un disparate para ver una película en Netflix.

Los psicólogos definen el ‘síndrome de la vida ocupada’, el ritmo frenético marcado por el propósito equivocado de ‘no perder el tiempo’.

La socióloga Elisa Brey lo resume a la perfección: «El verdadero lujo es darnos tiempo, hacer pausas, poner un límite, decir que no, aceptar que no podemos hacerlo todo».

A los niños los llenamos de extraescolares y programamos al segundo su jornada desde que se levantan hasta que se acuestan. En el trabajo, caemos en inútiles reuniones larguísimas e ineficaces horarios de trabajo prolongados para sentirnos importantes o parecerlo a los demás. También conozco a un colega periodista, que tras cuatro años prejubilado escuchó a su familia y a sí mismo, se autoimponía demasiadas tareas, vivía agobiado y cambió radicalmente.

Tampoco creamos que el problema es exclusivo de esta época. Sócrates no andaba con un ‘smartphone’ ni podía engancharse tontamente a Tik Tok, pero hace 2.500 años ya lo expresó de manera insuperable: «Cuidado con el vacío de una vida muy ocupada».

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión