Lo que le falta al Real Zaragoza

Hace tiempo que decidí instalarme en Zaragoza y, romántica como soy, me enamoré de la energía que desprenden tanto la ciudad como las personas. Me enamoraron las calles, las plazas, los árboles, los coches, el ruido, el tranvía... Y hasta el equipo de fútbol. 

Por supuesto. Me instalé en el barrio de San José y por allí hago mi vida. He visto unos cuantos partidos de fútbol. He visto a los jugadores y las reacciones de los aficionados. Les cuento esto porque quiero dar una opinión sobre el Real Zaragoza. Al Real Zaragoza no le falta afición, no hay día de partido que no lo palpe, los bares están llenos de gente pegada al televisor, a menudo en silencio. Y nunca veo a nadie desanimado. Protestan por las faltas, por los árbitros... pero nunca por el equipo. Porque al Real Zaragoza no le falta equipo. Perdónenme los que discrepen, no es que sea una entendida, pero no veo que falte fútbol. En mi opinión, al Real Zaragoza sólo le falta un poco de vanidad y un poco de momento. En cuanto a la vanidad: falta creérsela, faltan las barbillas altas, las pinturas de guerra... La fe. Falta un poco de Virgen del Pilar. Falta saber (o recordar) que se puede ganar. Y me refiero a la forma más pura de vanidad, a sentirse orgulloso de verdad, a la hazaña, a la épica... Y en cuanto al momento, falta, como dirían los budistas, vivir en el presente. Estar presente en el momento actual. No en la racha pasada ni en la futura. Sino en este segundo preciso que estamos viviendo ahora. Y nada más. Es un mal endémico a nuestra sociedad lo de perder la fe, pero hay que resistirse. No bajen los brazos ni dejen que nadie de su entorno lo haga. Hemos venido aquí a jugar. Y si no recuerdo mal, Zaragoza no se rinde.

Noe Martín. ZARAGOZA

Un poquito de paciencia

Le pediría al PP un poquito de paciencia. Cada vez que pierden unas elecciones generales, al día siguiente ya están haciendo una oposición faltona y gritona, hablando de gobierno ilegítimo y pidiendo elecciones anticipadas. Tómenselo con más calma, al final la gente siempre se cansa del Gobierno de turno y el PP volverá a gobernar. Mientras, por favor, relájense y déjennos respirar. Los ciudadanos (incluso sus votantes) se lo agradeceremos.

Edmundo Bueno Guinea. ZARAGOZA

La cordialidad de un alcalde

Sr. Director: Me dirijo a Ud. para apoyar el reconocimiento que deberíamos tener para esos conciudadanos anónimos que son los alcaldes del medio rural. Alcaldes de esa España vaciada que hacen una labor desconocida, imprescindible y poco agradecida. Viene esto a cuenta de la atención que, como forasteros, hemos recibido del alcalde de un pueblo de 385 habitantes de la provincia de Zaragoza: Munébrega. Alcalde afable, cordial, agradable, cercano, siempre dispuesto a hacernos fácil nuestra estancia de fin de semana en su pueblo. Gracias, alcaldes altruistas y entregados. Comportamientos como los del alcalde de Munébrega nos obligan a estar siempre reconocidos.

Vicente Royo Guardiola y familia. SANTURCE (VIZCAYA)

Las lenguas de Aragón

Algo se mueve. Tenemos un mínimo de esperanza al ver que las fuerzas catalanistas que pretendían engullir nuestro ‘chapurriàu’ están nerviosas. Las leyes y el gobierno que favorecían la implantación del catalán en Aragón parece que se van a paralizar. Habíamos llegado a una situación en la que incluso rotulaban en las vías de nuestros pueblos en catalán. Había comenzado la imposición del catalán sin consultar con los hablantes, que son los dueños de su lengua. Así somos, así nos va. Estamos por fin con un gobierno que empieza a comprender la realidad de las lenguas de Aragón sin mostrar influencias foráneas. En Aragón tenemos nuestra lengua de Cervantes como idioma común y otras lenguas propias de Aragón que se extienden por el norte y por todo el este y que no tienen nada que ver con el catalán, ni pertenecen a una franja imaginaria creada por Cataluña para engrandecer su territorio de dominio lingüístico y político. El ‘chapurriàu’ es una de esas lenguas, tan aragonesa como otras, como nuestra querida fabla (por cierto está muy relacionado con ella), que aunque por desconocimiento y falta de un estudio serio se la ha tildado de catalanismo, es algo muy nuestro, algo de Aragón, diferenciado del catalán y con sentimientos, ubicación geográfica y definición política y social muy alejada de sus vecinos catalanes. Por Aragón, como lengua propia de Aragón y por nuestros sentimientos y defensa de lo aragonés, queremos que se reconozca a nuestro ‘chapurriàu’ del Bajo Aragón y del Matarraña, a la fabla y a las lenguas del Aragón oriental como lenguas propias de Aragón, sin ninguna imposición y sin ningún atropello, porque así lo queremos los hablantes del ‘chapurriàu’, que somos los propietarios de nuestra lengua. Sigamos pensando y viviendo con nuestro ‘chapurriàu’, somos aragoneses de pura cepa, independientes política y lingüísticamente de Cataluña y ni nos sentimos ni nos expresamos en catalán.

Juan Segura Gil. ALCAÑIZ

El desamparo de las educadoras de Protección

Las educadoras sociales de Protección y Reforma carecemos de un convenio laboral digno en Aragón. Trabajamos 24 horas los 365 días, navidades y pandemias incluidas, por poco más del salario mínimo. La formación universitaria y el poner toda nuestra energía en pro de menores que formarán parte de nuestra sociedad, portando pesadas mochilas emocionales, no nos garantizan unos mínimos salariales. Las condiciones son irrisorias. El desgaste psicológico y el riesgo son conocidos por la Administración. Las investigaciones reflejan el número de accidentes laborales y bajas por depresión y ansiedad en el sector. Así como la violencia psicológica y en ocasiones física, a la que estamos sometidos. Elegimos esta profesión por vocación y nos marchamos por necesidad. Estamos desamparados y no podemos cubrir las necesidades de nuestras familias. Mucho se habla de las condiciones de otros gremios, que no dudo deban mejorar. Pero si quieren alarmarse de verdad, lean el convenio de Protección y Reforma. Cada vez es más difícil encontrar personal cualificado dispuesto a trabajar en la atención a cientos de niñas y niños que necesitan recursos de protección eficientes, porque, insisto, son parte del futuro de nuestra sociedad.

Isabel Villena Sánchez. ZARAGOZA

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