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Cartas al director de HERALDO: Vivir en un pueblo de Teruel y no morir en el intento

Manifestación en Montalbán reclamando la mejora de la atención sanitaria en los pueblos.
Manifestación en Montalbán reclamando la mejora de la atención sanitaria en los pueblos.
Antonio García Bykofoto

Vivir en un pueblo de Teruel y no morir en el intento

Escribo en nombre de mis padres, habitantes de un pequeño pueblo, Fuenferrada, en la comarca de Cuencas Mineras. Estuvimos en una manifestación en Montalbán para pedir más médicos. No es la primera vez que ocurre, mis padres no podrán ser visitados por su médico hasta el 26 de marzo. 

Un mes entero sin servicio en el consultorio del pueblo. Tampoco disponen de transporte público, hay un autobús que pasa los jueves cada quince días. Sorprende, ¿verdad? Mi pueblo tiene la media de edad más alta de Aragón, personas que en su mayoría pasan de largo los 70 años y que están a media hora en coche del centro de salud y a una hora del hospital. Pues bien, ahora viene lo peor. Mi padre ha sido operado de cadera y tenía la revisión en Zaragoza con traslado en ambulancia, pero como estaban de huelga, a las 20 horas de la víspera no tenía adjudicado un transporte. Mi madre, con 79 años, tenía que coger el coche a las 7 de la mañana y meter a mi padre, de 83 años, recién operado, y conducir hasta Zaragoza. Esa es la atención sanitaria que recibe la gente de estos pueblos. Siento impotencia de que la comarca se desentienda del transporte que une estos pueblos con el consultorio en Utrillas, de que estén contentos porque supuestamente les pongan un médico cuando faltan seis de plantilla, de que mientan y digan que ningún consultorio se queda sin atención, de que la DGA no pague como debe a un servicio de ambulancias que lleva en huelga un año y medio...

Ana Sebastián Gámbaro. ONTINAR DEL SALZ (ZARAGOZA)

En busca de la ‘Cl@ve’

La Dirección General de Personal de nuestra empresa nos indica que solicitemos el sistema ‘Cl@ve permanente’ para nuestras gestiones. Me indican que puedo obtenerla por medio del DNI electrónico, pero mi ordenador no tiene ranura para hacerlo así. Otra posibilidad es un certificado de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), así que me pongo a los mandos de la nave y empiezo a navegar por el espacio sideral. Al paso por Hacienda me recuerdan que ya estoy en el sistema ‘Cl@ve’; natural, como todo asalariado con nómina presento la declaración de la renta, pero debe de ser otra cosa. Aterrizo en la página de la FNMT pero me indican que, para solicitar el certificado, debo descargar antes algo y me dan dos opciones, una para el Windows de 32 bytes y otra para el de 64. Como no sé cuál necesito, descargo los dos y algo debe funcionar porque se abre un cuestionario que relleno, y cruzo los dedos mientras una ruedilla va dando vueltas y... ¡eureka! Al cabo de un rato me informan de que el mensaje se ha enviado correctamente. Voy a mi correo para comprobarlo y sí, ahí tengo los numericos para presentar en una oficina y que me lo tramiten de forma presencial. Nuevo obstáculo, consigo solicitar cita y me informan de que no hay en los próximos días. Menos mal que el mail que me han enviado termina con la frase "trabajamos en interés de las personas", porque con amigos así no hacen falta enemigos. Mañana probaré la vía telefónica porque a este paso, en vez de prejubilarme este otoño, me jubilaré a los 80 intentando conseguir la clave para el sistema.

Juana Mary Lecumberri Romea. ZARAGOZA

El tesoro de la sanidad pública

He estado ingresada dos semanas en el hospital Miguel Servet de Zaragoza. Estas letras van dirigidas, en primer lugar, a todos aquellos que, como auxiliares de limpieza, celadores, sanitarios, capellanes o empleados en la cocina o en la lavandería del hospital, han contribuido a hacer tan grata mi estancia. Estoy muy agradecida a todos y les animo a seguir trabajando con esa excelencia. He recibido un trato inmejorable. Unos días que podían haber resultado largos y penosos se han convertido en agradables. Hoy quiero romper una lanza en favor del sistema sanitario y por todos los que en él trabajan: no nos damos cuenta del enorme tesoro que tenemos.

Carolina Pérez Lorda. ZARAGOZA

La ‘colonización’ de la manifestación feminista

¡Qué decepción! Soy feminista desde que tengo memoria. Y esto quiere decir que creo en la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres. Estuve en la manifestación del 8M como un pulpo en un garaje. Desde que llegué, me estuve preguntando: ¿dónde están las feministas, dónde está lo que he venido a reclamar? Banderas pro-palestinas, carteles a favor del movimiento trans, chapas en contra del capitalismo, pegatinas en contra del racismo... ¿y las banderas feministas? Y con esto me refiero a las que únicamente defienden el derecho universal de la igualdad entre hombres y mujeres. Pues había, pero poquitas. Y me preocupa porque el 8M es para luchar por los derechos de la mujer. ¿Quieres luchar por la visibilidad trans? Tienes el 31 de marzo. ¿Quieres luchar contra la xenofobia? Tienes el 21 de marzo y el 24 de mayo. ¿Quieres luchar contra el capitalismo? Tienes el 1 de mayo o las huelgas de consumo. ¿Quieres luchar por los derechos LGTBIQ+? Tienes el 28 de junio. ¿Quieres luchar por los derechos de los animales? Tienes tu día el 10 de diciembre. ¿Quieres luchar por cualquier otra propuesta? Consulta Google, seguro que tienes el día perfecto. Y puede que yo te acompañe en alguna de estas manifestaciones, pero no iré para protestar por otro tema que también me incumba, iré para apoyar el movimiento que se pretenda ese día por conciencia y por respeto al mismo. ¿En qué otras manifestaciones hemos visto tanta colonización del espacio, de los gritos y del discurso? Estamos tan acostumbradas a ceder nuestro tiempo, nuestro lugar y hasta nuestros cuerpos, que ya ni nos damos cuenta. ¡Han colonizado nuestra protesta! Y no digo que haya mala intención, pero sí una falta de respeto y autoconciencia. Estoy harta de ceder mi protesta para otras protestas, aunque muchas las comparta. Estoy harta de que el movimiento feminista deba incluir todo tipo de reclamación para no ser acusado de excluyente. El feminista es el único movimiento que para ser totalmente aprobado tiene que quedar en un segundo plano en sus reclamaciones. Hemos dejado que otras voces usurpen nuestro tiempo, nuestro espacio, nuestra voz, nuestras consignas, nuestra lucha. Me suena tanto esta necesidad de aprobación externa… ¿te suena la ley del agrado?

Pilartxo Iribas Cabrera. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

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