Por los derechos y libertades de las mujeres
En este año en que la guerra nos está deshumanizando y retrocedemos a marchas forzadas en la defensa de los logros más básicos en avances sociales, aún más si cabe hemos de enarbolar, como cada 8 de marzo, la lucha por los derechos de las mujeres.
Un día de compromiso inequívoco para trabajar por la erradicación de todo tipo de desigualdades y discriminaciones que puedan sufrir las mujeres y las niñas por el mero hecho de serlo y contra cualquier actitud que se impregne de las mismas, tanto en el ámbito privado como público.
De este modo, cada 8 de marzo se convierte en un momento excepcional para reivindicar, reclamar y recordar a quienes, como responsables públicos, asumen por mandato representativo la voluntad de la soberanía popular y, en tal sentido, la obligación de velar y adoptar medidas destinadas a los colectivos que más las precisen.
En este día, por si fuera poco, nos hallamos ante la voluntad de involución de lo ya conseguido, que intenta imponerse desde determinados sectores y partidos políticos que, desde el negacionismo, fomentan posturas patriarcales y buscan cercenar derechos ya consolidados de las mujeres, empeñándose en devolver las reivindicaciones feministas al ámbito de lo privado, sacarlas de los espacios públicos, acallar sus voces y hacernos retroceder a tiempos que creíamos olvidados.
No nos resignamos, desde CHA creemos que se ha de continuar trabajando en este camino de igualdad. De un lado, se han de adoptar más medidas públicas fruto de decisiones políticas cuyo objetivo sea erradicar la brecha laboral y la apuesta por apoyar a las mujeres más vulnerables.
En esta línea de igualdad sería necesario aprobar una nueva norma en el sentido de tender al incremento de las pensiones que cobran las mujeres igualándose a la pensión media que cobran los hombres, incluyendo las pensiones no contributivas, mayoritariamente percibidas por mujeres.
Igualmente se debe dispensar una atención integral a las mujeres, en el ámbito de la salud, favoreciendo su acceso a los servicios de salud sexual y reproductivos, en particular a quienes son más vulnerables, así como garantizar el acceso al derecho al aborto dentro de la sanidad pública aragonesa y el aseguramiento de esta prestación en dicho ámbito.
Hay que tratar de blindar, por tanto, las normas ya existentes de protección de los derechos reproductivos y profundizar en esta materia con la aprobación de nuevas leyes que prohíban la explotación reproductiva y el mercado de óvulos.
Del mismo modo, se ha de luchar contra la cultura de la violación y como expresión de la misma se ha de aportar con la abolición del sistema prostitucional que ampare a las mujeres y les proporcione salidas educativas, de empleo, vivienda y ayudas económicas, que penalice el proxenetismo en todas sus formas, también a quien haga uso de la prostitución o se beneficie de ella; y del mismo modo, debemos lograr que se prohíba la publicidad de la prostitución y la pornografía en medios y redes sociales.
Isabel Lasobras Pina es secretaria general de Chunta Aragonesista (CHA) y diputada en las Cortes de Aragón
