Por
  • Manuel Vilas

Ego y comisiones

Koldo García
José Luis Ábalos y  su asesor Koldo García
R. C.

Hay dos razones para entrar en política: enriquecer tu cuenta bancaria o enriquecer tu egolatría. No se ve otra cosa en la política española. 

Los que están en primera fila eligen el narcisismo, la vanidad. Los de detrás eligen el dinero. Imagino que llevamos cuarenta años así, o quizá cuatrocientos. No hay manera de que aparezca una especie de político cuya ambición sea la transformación profunda de España, la creación de riqueza y la modernidad política. Fuera de nuestras fronteras están igual. Solo que son más ricos. Francia, Estados Unidos, Alemania son mucho más ricos que nosotros y se pueden permitir perder el tiempo en vanidad y en neurosis de notoriedad, pero nosotros no podemos.

Nadie se mete en política por vocación de servicio. Se meten porque tienen talento para ser líderes, para hablar, para convencer, pero no por la gran ambición que debería de tener un político: cambiar su país, hacerlo un país más próspero. Los dos líderes españoles que representan a la inmensa mayoría, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, no se hablan. Se odian. Sin embargo, los dos, cuando hablan en público, dicen lo mismo, dicen que quieren lo mejor para España. Entonces, ¿por qué no hablan entre sí? Pues porque es, esencialmente, mentira: no quieren una España mejor. Quieren triunfar. Quieren un Falcon.

Los contenidos ideológicos de la constante confrontación política entre la derecha moderada y la socialdemocracia no existen, son falsos. Puede haber diferencias en cuanto a derechos civiles, pero no en cuanto a políticas económicas. Entre un conservador moderado del PP y un socialdemócrata del PSOE las diferencias ideológicas son escasas, porque vivimos en un mundo globalizado y porque el estado del bienestar tiene consenso planetario. La gente querría ver acuerdos entre esas dos fuerzas mayoritarias. Porque en esos acuerdos se dirime el interés general. Lo real, lo sólido es la creación de empleo de calidad, el incremento de la renta per cápita, el del PIB, la inversión en ciencia y en tecnología y la transformación económica de España. Pero de esto no hablan. Cada tres meses sale un escándalo político, o de corrupción, o de lo que sea, y eso es todo: ego y comisiones.

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