Los datos demográficos del Instituto Nacional de Estadística (INE) arrojan un resultado positivo en algunas de nuestras comarcas. En Aragón el mayor crecimiento de población corresponde a las capitales provinciales y a territorios con una economía prometedora, como la zona oriental de Huesca, en torno a Monzón, Binéfar y Fraga.

Otras comarcas también crecen, no con grandes cifras, pero lo suficiente para compensar el decrecimiento vegetativo. Es buena noticia que no pierden población, lo que es muy importante porque la sensación de los últimos años era de avance de la desertización humana.

Se comprueba en las comarcas que componen el Bajo Aragón histórico. Según el INE, el 1 de enero de este año había 79.337 habitantes frente a los 79.099 de hace un año. Crecen las ciudades y pueblos que son cabeceras de comarca, pero también pueblos más pequeños como Beceite, Oliete, La Mata, Aguaviva o Aliaga. Hay casos muy particulares, como el de Caspe, donde se han empadronado este año la mitad de los nuevos pobladores del Bajo Aragón histórico. Pesa el efecto de una fuerte inmigración, dirigida laboralmente en su mayoría a la agricultura. También gentes que han decidido residir en su localidad natal.

En otros casos la atracción es fruto de la creación de puestos de trabajo en la ganadería –Grupo Arcoíris–, los mataderos, los servicios turísticos o la iniciativa emprendedora de Apadrina un Olivo. Las Administraciones públicas deben acompañar esta tendencia con políticas eficaces dirigidas a las necesidades más apremiantes que señalan los ayuntamientos. La vivienda es fundamental para asentar a las familias, así como solucionar las desventajas en sanidad, seguridad, transporte público y comunicaciones y servicios en general.

Hay que escuchar a la gente para saber qué servicios se precisan con urgencia. Quienes habitan en el territorio no suelen equivocarse. Por el contrario, algunas decisiones administrativas pueden ser auténticos mazazos. Basta recordar la prevista supresión por el Gobierno de muchas paradas de los autobuses interurbanos que atraviesan nuestros pueblos.

Carlos Sauras es periodista

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