Por
  • Fernando Ledesma

¿Queda algo del PSOE?

¿Queda algo del PSOE?
¿Queda algo del PSOE?
POL

La construcción de un proyecto político serio y solvente, basado en principios sólidos y, sobre todo, desarrollado con vocación de servicio, es algo esencial para mejorar la sociedad en la que vivimos. 

Así lo hemos entendido desde hace más de cuatro décadas los principales partidos de este país, sobre los que ha recaído la responsabilidad de gobierno tanto en Aragón como en España.

La falta de un proyecto político en el Gobierno de España es una realidad y una percepción clara para el conjunto de la sociedad. Con un presidente rehén de socios incontrolados e incontrolables que han instalado el chantaje como único principio claro para ejercer la política, el Gobierno nacional está inmerso en una deriva de supervivencia que daña el desarrollo normal y deseable de nuestro país.

Esa falta de proyecto, esa política cortoplacista basada en la supervivencia, se ha extendido como la pólvora en el socialismo aragonés, que anda a la deriva, inmerso en soterradas luchas internas, incapaz de armar desde la oposición un modelo sólido que ofrecer a los aragoneses.

Transcurridos ya casi nueve meses desde que los aragoneses censuraron el proyecto político del PSOE de Aragón enviándolo a la oposición, nos encontramos con un partido desnortado, incapaz de construir una línea política con la que ejercer su legítimo e importante papel de oposición.

Ahora, nueve meses después de salir del gobierno, es cuando el PSOE empieza a detectar algunos de los problemas de nuestra Comunidad, esos mismos que los aragoneses llevaban ocho años sufriendo sin encontrar respuesta en su gobierno. Intentar arrojar esos mismos problemas a la cara del nuevo Gobierno como único elemento para hacer oposición les resta credibilidad y muestra a un partido incapaz de trabajar en construir una alternativa.

El PSOE está chocando con la realidad y con un gobierno serio, el gobierno del cambio que demandaron los aragoneses bajo el liderazgo de Jorge Azcón, que construyó un proyecto que ahora echa a andar bajo la premisa clara de dar respuesta a los problemas reforzando nuestros servicios públicos y con una política fiscal más justa que busca dotar de mayor liquidez a nuestras familias y a nuestro tejido productivo.

La deriva del socialismo aragonés, que lamentablemente no se encuentra a sí mismo, les está llevando a negar la realidad y a la vez a protagonizar episodios desafortunados y claramente censurables.

El PSOE descubre ahora en Aragón los problemas que debería haber resuelto cuando estaba en el gobierno, y se los achaca al Ejecutivo del PP, que acaba de llegar

Viven instalados en la mentira y la descalificación; atacando al presidente de Aragón por defender los intereses de los aragoneses mientras son cómplices con su silencio y con sus votos del chantaje del independentismo y de las consecuencias negativas que éste tiene para Aragón y para los aragoneses.

Lo vivido esta semana en las Cortes de Aragón es la muestra más triste de esta falta de rumbo. Es injustificable que un diputado insulte a otro, pero todavía lo es más que en vez de reconocer lo ocurrido se oculten los hechos, se mienta y se inicie una campaña difamatoria y machista contra quien ha sido víctima de esos insultos, una campaña orquestada e instigada por el que, en estos momentos, todavía sigue siendo máximo responsable del PSOE de Aragón.

El socialismo aragonés se ha quedado pequeño, muy pequeño, no tenemos muy claro si por temor a Pedro Sánchez o por decisión propia. Su gestión política la valoraron ya alto y claro los aragoneses; su responsabilidad en la transformación del PSOE en una organización personalista que sobrevive al albur de los designios del independentismo los está llevando a un proceso del que se intuyen ya las consecuencias.

¿Dónde está la esencia del socialismo aragonés? Ésa de la que tanto han presumido y de la que no se encuentra ni un mínimo recuerdo. Cada uno es responsable de sus actos pero cuando uno abandona sus principios a cambio de unos votos suele quedarse sin principios y sin votos. Al tiempo.

Fernando Ledesma es portavoz del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes de Aragón

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