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Cartas al director de HERALDO: Huevos fritos con jamón

Unos apetitosos huevos fritos en la sartén.
Huevos fritos con jamón
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Huevos fritos con jamón

El móvil, en su justa medida, es un poderoso medio de comunicación, pero su mal uso sólo sirve para crear quebraderos de cabeza y me alegra que se haya restringido en los colegios, aunque debería ser extensible a otros ámbitos. 

Los mensajes que se mandan son múltiples y variados, pero me llama la atención que con frecuencia sirvan para que sepamos lo que uno come, ya que es un bombardeo de platos, raciones copiosas, carnes excelentes, de todas las clases, pescados de todos los colores y formas, embutidos selectos, y todo esto, claro está, regado con los mejores caldos de La Rioja, el Duero, Somontano… Ah, el ‘champagne’ siempre hace acto de presencia, el cava, en contadas ocasiones. En lo que a mí se refiere, como mucho mando, de vez en cuando, algo más sencillo: unos huevos fritos con jamón, también con patatas, eso sí, caseras; y de bebida, un tinto de la casa con gaseosa, un carajillo... y si hay un guiñote, perfecto. En la elaboración, la clara tiene que estar bien hecha, encogida, con el borde crujiente, las ‘puntillas’. Si no hay jamón y es beicon, tiene que estar churruscado. Nunca los quiero prostituidos con langosta, bogavante, angulas o similares. Los huevos fritos, en plural, siempre un par, tienen dignidad por sí mismos y mezclarlos con estos productos es mancillarlos. Desde la niñez este plato era un festín, pero lamentablemente los huevos estaban estigmatizados y comerlos más de una vez a la semana se consideraba un error nutricional. Hoy se sabe que un huevo contiene 186 mg de colesterol, que en realidad es poco; y comer uno al día no es una mala opción. Los huevos fritos son un plato sencillo y lo más sencillo es lo que más gusta.

Mariano Aguas Jáuregui. ZARAGOZA

La protesta en el siglo XXI

Lamento profundamente los desafíos que enfrentan los agricultores y creo que la mejor manera de respaldarles es a través de una reflexión sobre las tácticas empleadas. El fin de semana del 10 y 11 de este mes, durante un viaje familiar me encontré con tres tractoradas. La primera, en Zuera, donde los manifestantes bloquearon la carretera durante más de tres cuartos de hora, liberando el tráfico de manera muy limitada. Esta situación generó retrasos, estrés y pérdida de conexiones. La mayoría de los viajeros carecemos de responsabilidad directa en los problemas de los agricultores, pero nos vimos afectados por las consecuencias de sus protestas. La violencia y el resentimiento expresados en esta acción no ayudan a la resolución de los problemas, sino que perpetúan una atmósfera de confrontación y generan odio. La segunda tractorada tuvo lugar en Calamocha, donde bloquearon la carretera pero, después de que se tomaran las imágenes pertinentes, liberaron el tráfico rápidamente. Aunque esta acción causó la pérdida de unos 15 minutos, fue tolerable. Hubiese sido incluso efectiva si se hubiera dado un aviso previo. Una comunicación anticipada ‘in situ’ permitiría a los conductores comprender mejor los motivos de la protesta y mostrar más empatía hacia los agricultores. La tercera protesta ocurrió en mi viaje de regreso: los manifestantes en Calamocha optaron por colocar los tractores a un lado de la carretera, exhibiendo banderas y carteles. Aunque la presencia de la protesta era evidente, no hubo bloqueo. Esta forma de manifestación fue más efectiva para los manifestantes y menos perjudicial para los viajeros. Abogo por una innovación en las tácticas de protesta en el siglo XXI, dejando atrás los métodos arcaicos del XIX. La adopción de enfoques más pacíficos y comunicativos podría generar un mayor apoyo hacia las legítimas preocupaciones de los agricultores. Espero que se tome en cuenta esta reflexión para el beneficio de todas las partes involucradas en las muchas manifestaciones que ocurrirán en el futuro próximo.

Álvaro Serra. ZARAGOZA

El arte de no hacer arte

Desde los inicios de la humanidad el arte ha sido un pilar para sujetar los cimientos de la civilización, ofreciendo un acto representativo que evoca sentimientos en los individuos que lo consumen. Crear arte y representar el mundo que nos rodea es una de las primigenias acciones en el desarrollo de la humanidad. Desde las cuevas de Altamira, pasando por las esfinges y pirámides egipcias, las esculturas, la literatura y la arquitectura grecorromanas, los frescos de la Edad Media, la revolución del Renacimiento, ahondando en el romanticismo literario para acabar en el delta de la inteligencia artificial. Los distintos productos que ofrece la inteligencia artificial están llevando a deshumanizar el arte; ilustran libros, crean textos, corrigen libros, hacen canciones que consiguen ponerse en el ‘top’ nacional de escuchas… El idioma del arte no son los ‘bits’ o el código binario, me limito a pensar que es algo más complejo, que tambalea la vida interior del artista para lograr expresar lo que quiere. ¿Qué diría Homero si le mostramos la capacidad de la inteligencia artificial para construir un texto y convertirlo en libro? ¿Qué diría Dalí al ver el arte creado por esta inteligencia artificial? ¿ Qué pensaría Freddie Mercury si viera que la inteligencia artificial es capaz de crear una canción con su voz? Prefiero pensar que no lo considerarían arte y volverían a sus épocas con el ceño fruncido, pensando que todo su desarrollo artístico va a acabar generado por una inteligencia que no contiene el combustible principal de la creación del arte, sentir y hacer sentir.

Miguel Bernad Irigaray. BIELSA (HUESCA)

Los amigos de lo ajeno

El pueblo de Figueruelas y las localidades vecinas estamos sufriendo una intensa oleada de robos en los últimos meses. Deseo que mis palabras calen en los amigos de lo ajeno: ¡Qué sabrás tú de la riqueza, si despojas a tus iguales de sus haberes! ¡Qué sabrás tú de fortuna si descompones, enredas y revuelves lo más íntimo de cada hogar! ¡Qué sabrás tú de venturas, si te adentras en moradas, quebrando aquello que con certeza parecía resguardado! Que si tengo miedo, me curiosean. Absolutamente, no. Yo soy inmensamente próspera. Me cultivaron en el amor, y en el amor vivo. No tengo grietas por las que se esfume el rencor, porque los bravos no odiamos. No preciso de brillantes si tengo el abrazo de un pueblo entero. No demando tesoros porque mis deleites y gozos me abarrotan intensamente. Deseo que el amor te toque y que sature tus carencias. Que te vacíe de tu pobreza. Que te descargue de fatalidad. Deseo que el amor te abrace y pueda salvarte de tu miseria.

Cristina López Callén. FIGUERUELAS (ZARAGOZA)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono).

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