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Cartas al director de HERALDO: Agricultores, amantes de la tierra

Un agricultor trabajando este miércoles en una finca de la ribera baja.
Agricultores, amantes de la tierra
Guillermo Mestre

Agricultores, amantes de la tierra

Mis bisabuelos maternos y paternos eran agricultores. Mis abuelos también. Mi padre también. Uno de mis hermanos también. Yo no. Nunca entenderé por qué estaban tan enamorados de su oficio… ¡y mira que lo estaban! La tierra es una amante jodida, muy jodida. 

Te engancha hasta el punto de maltratarte un año sí y otro también. Te ofrece pequeños claros en los que parece que este año todo va bien. Pasearse por el campo y ver cómo empieza a florecer el árbol, como asoma el sembrado. Si todo va bien podremos ampliar y plantar más, liquidar el préstamo, comprar otro apero… Pero siempre ocurre algo. Llueve demasiado, o demasiado poco. Hace demasiado frío cuando no toca. O pedrisco. O una plaga. O yo qué sé. Cuando hay cosecha, los precios son muy bajos. Cuando los precios son correctos es que no hay cosecha. A perro flaco, todo son pulgas. Hay que esperar todo un año para obtener el resultado de tu trabajo, si todo va bien. Durante ese año, gastar en abonos, podas, máquinas… Cobrarás en función de lo que te pague el comprador, el precio lo pondrá él. Cuando compras el material, el precio también lo pondrá él. Cuando cobres, deberás administrar el dinero para todo el año. Cuidado con desviarte. Sé prudente, el año que viene puede que no haya cosecha. Así cada año. ¿Hay algún trabajo que te trate tan mal? Mis padres criaron a cuatro hijos, nos dieron los estudios que cada uno decidió seguir, y siempre fuimos conscientes de que hicimos lo que hicimos gracias a su esfuerzo. Pero sí, la tierra es una amante muy jodida. Mil gracias a todos los que día a día muestran su amor y devoción por la tierra.

Juan Carlos Fontcuberta Sales. VALDERROBRES (TERUEL)

Las lengüetas de los contenedores de reciclaje

No voy a hablar de las nuevas e incómodas marquesinas de las paradas de autobús en Zaragoza, hoy lo hago sobre los nuevos contenedores y sus lengüetas de cierre, por cuya causa lo más adecuado es ir a depositar las botellas o los plásticos con guantes de carnicero, de cota de malla, por el riesgo de sufrir un corte en la mano. En alguno de ellos, en la calle Adolfo Aznar, algún escarmentado ha decidido eliminar la lengüeta en uno de los orificios. Pero valdría como ejemplo para cualquier otra calle. Por otro lado es lamentable el estado de suciedad de los contenedores de aceite, los usuarios tenemos algo de culpa, pero el servicio de limpieza tiene la suya y algunos llevan meses sin ser lavados.

Luis Antonio Vallés Gascón. ZARAGOZA

‘El hombre y la Tierra’

Prácticamente soy coetáneo de la serie ‘El hombre y la Tierra’ y hasta ahora nunca había disfrutado de ella de manera tan completa y consciente, porque las continuas reposiciones, salvo las que hicieron en mi niñez, se emitían en horarios incompatibles con el trabajo. Con motivo del quincuagésimo aniversario de su estreno en 1973, TVE comenzó a emitirla desde su inicio el pasado año y así he podido revivir mis recuerdos de los épicos episodios dedicados a la fauna venezolana, para continuar después con los domésticos pero no menos apasionantes de la ‘Serie ibérica’. He dicho disfrutar porque es lo que hago. Pese a los defectillos en el montaje, el estilo tan diferente al de los actuales documentales que pecan de querer parecerse a los anglosajones, sin esa calidez y entusiasmo personal tan de aquí que supo transmitir Félix Rodríguez de la Fuente; los datos que ya no son válidos tras cincuenta años de conservacionismo oficial, en el que supongo que tuvo mucho que ver el éxito de la serie, la manipulación y el forzado de las escenas para lograr filmar lo que de otra manera sería imposible o la demonización de las técnicas agrarias o ganaderas (muchas de ellas claramente insostenibles), lo cierto es que el documental me sigue asombrando por sus logros técnicos (esa increíble filmación del interior de las madrigueras y nidos), por lo que sigo aprendiendo sobre el comportamiento de las especies y porque es capaz de seguir despertando emociones a favor de la conservación de la naturaleza, tan necesarias hoy como entonces aunque hayan cambiado los problemas a resolver; entonces don Félix no podía imaginarse las consecuencias de la proliferación del plástico o el imparable cambio climático provocado o a acelerado por el hombre consumista. Y siendo aragoneses, ¿cómo no mencionar a la otra figura clave de la serie? A Antón García Abril, que contribuyó de forma decisiva a enriquecerla con su banda sonora, la mítica y selvática de la cabecera y las que acompañaban como en una coreografía las actividades de los animalicos. ¡Cuánto talento invertido cuando era absolutamente necesario y en una tele pública! Sin duda, debemos agradecerle a esa tele lo bueno que nos trajo.

Carlos San Miguel Echeverría. TARAZONA (ZARAGOZA)

La tractorada y los fiscales

Con todo mi respeto a los agricultores, tengo una duda. ¿Los fiscales del Tribunal Supremo van a considerar que los cortes de carreteras y los enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad que están protagonizando los agricultores son terrorismo?

Edmundo Bueno Guinea. ZARAGOZA

La jota por bandera

El pasado noviembre, dos jóvenes mañicos se colaban en el interior de la academia de Operación Triunfo. Juanjo Bona y Naiara Moreno llegaban para pisar fuerte y para abanderar a su querida Zaragoza. Desde el minuto uno han sido la ventana abierta a España y al mundo de cómo somos los aragoneses. Y sí, ya lo dice la jota, «somos los aragoneses, gigantes y cabezudos». Así han sido ellos. Gigantes, porque como un auténtico ciclón arrasaron y llenaron esa academia de luz, risas, llantos y buenos momentos. Nos regalaron dúos maravillosos y ahora no hay rincón de nuestro país que no conozca la ‘Pulida magallonera’. Amantes de su tierra, con corazón noble y voces de otro planeta, han conseguido lo que muy pocos hacen, que siga rugiendo el león de nuestra tierra. Corazones acelerados al escuchar sus voces a dúo cantando ‘La cigarra’ y aplausos interminables en reconocimiento a su constancia, trabajo y buen hacer. Gracias, mañicos, por llevar Aragón a lo más alto con vuestras voces y siempre en vuestro corazón. Enhorabuena por vuestro paso por la academia, nunca olvidéis vuestras raíces y seguid llevando la jota por bandera allá por donde vayáis.

Analía Rueda Pérez

MALLÉN (ZARAGOZA)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono).

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