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Cartas al director de HERALDO: La maqueta del Museo del Fuego

El alcalde de Zaragoza, acompañado de otras autoridades, ha inaugurado el Museo del Fuego.
El Museo del Fuego.
M. T.

La maqueta del Museo del Fuego

Me acerqué con mi nieto al Museo del Fuego y de los Bomberos. Ya lo había visitado en otra ocasión y nos gustó, por lo que repetimos. 

Esta vez, además de la amabilidad y la gracia con que el bombero nos explicó los puntos más interesantes, hizo énfasis en que visitáramos la maqueta de tren, porque su constructor, Evelio, estaba allí e iba a explicar su funcionamiento. Allá fuimos y ¡menuda impresión! La maqueta muestra la orografía de Aragón, cumbres, valles y ríos desde el Pirineo hasta Javalambre; además tiene una representación de algunos de los monumentos más significativos de Zaragoza. Su artífice explicó la maqueta y puso en funcionamiento los trenes, uno de alta velocidad y otro de media distancia. Luego recreó un incendio, con humo y todo, que apagó rápidamente una dotación de bomberos que se desplazaba por las carreteras y calles de la maqueta. Había ambulancias, sanitarios, Policía y Guardia civil, etc. Alrededor, varios paneles dan cumplida explicación de todo en texto y en braille. Fantástico. Pero la mejor sorpresa vino al final. Toda esa obra de ingeniería que funciona como un reloj suizo y la explica con gracia y acento maño, la hizo Evelio, un ingeniero ahora jubilado, a lo largo de años y por módulos. ¿Y para qué tanto esfuerzo? Pues primero para que su hija, ciega, pudiera reconocer por el tacto su tierra y su ciudad. Misión cumplida, su hija ahora es maestra y ayuda a su padre en el mantenimiento. Y, segundo, para que todos podamos disfrutarla… Sin duda un ejemplo de tesón, ingenio y amor, por su hija, por su tierra y por todos los que nos acercamos. Hay cosas que no tienen precio. ¡Gracias, Evelio!

Juan Ignacio Pérez Calvo. ZARAGOZA

Del ‘Homo habilis’ al ‘Homo digitalis’

La mano ha sido la herramienta principal del ser humano desde sus inicios. Con ella el ‘Homo habilis’ construyó herramientas, cazó, creó arte y forjó su civilización. La mano ha sido también un símbolo de poder, creatividad y conexión con el mundo físico. En la actualidad, el dedo índice es la principal herramienta para interactuar con dispositivos digitales. Desplazar, tocar, escribir y seleccionar son acciones que se realizan con el dedo en pantallas táctiles. El dedo se ha convertido en una extensión de nuestro ser en el mundo digital. Las propias instituciones públicas nos están casi obligando a disponer de estos dispositivos. Esta evolución tiene relación con la velocidad en las acciones actuales del ser humano. En el pasado, todo era pausado, tranquilo. Hoy tenemos urgencias de todo tipo, desde no llegar a coger el bus para el trabajo hasta responder a un infinito número de mensajes, todo hay que hacerlo a velocidad de máquina. Debemos ser conscientes de las implicaciones físicas, cognitivas y sociales del uso excesivo del dedo en el mundo digital. Necesitamos un equilibrio entre la mano y el dedo. Un ejemplo lo tenemos en la escritura manual, que se está perdiendo. Tal vez este equilibrio nos llevaría a tener más tranquilidad personal y social. Estamos actuando como máquinas, olvidándonos de que somos seres humanos y de que la sociabilidad –como cuando estrechamos la mano al saludarnos– es una parte esencial de nuestras vidas. ¿Es posible hacer una tregua en esta evolución? En esta transformación, también tenemos ‘inflación’ de dispositivos y conocimientos tecnológicos. Un ‘asentamiento digital’ que nos permita encontrar un ritmo más pausado y reflexivo es fundamental para nuestro bienestar.

Pedro Marín Usón. ZARAGOZA

La contaminación y el esperpento

La contaminación del aire es uno de los principales problemas a resolver de manera urgente, pues tiene un alto impacto en la salud pública. Provoca al menos 238.000 muertes prematuras en la UE debido a la exposición a la contaminación por partículas finas y 49.000 muertes por dióxido de nitrógeno, siendo el transporte el responsable de una gran parte de las emisiones. Entre las medidas que pueden mejorar la calidad del aire en entornos urbanos está la promoción del transporte activo, tanto la peatonalización como el uso de la bicicleta. Por otra parte, en el supuesto de que todo el mundo se desplazara diariamente en bicicleta, las emisiones de dióxido de carbono se reducirían en casi 700 millones de toneladas al año. Por tanto, si queremos cuidar de nuestra salud es necesario promocionar el uso de la bicicleta. No obstante, en el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza del 1 de febrero, Vox rechazó la propuesta de fomento de la bicicleta. En una intervención que rayó lo esperpéntico, el Sr. David Flores Serrano, concejal de Vox, argumentó que las emisiones de CO2 de un ciclista eran mayores que las de un peatón, defendiendo la necesidad de usar el coche para llevar a la abuela al médico y tachando de totalitarista la promoción del uso de la bicicleta. Sería deseable que una persona con título de doctor hablase con rigor; y se agradecería cierta sensatez en las intervenciones de los cargos públicos. La promoción del uso de la bicicleta no supone dejar de usar el coche cuando lo creamos necesario. Tampoco quiere decir que se nos vaya a obligar a ir en bicicleta. Simplemente, si desde la Administración se promueve y facilita el transporte activo, éste aumenta y se traduce en una mayor salud de la población. La transformación de los modos de transporte urbano es imprescindible para nuestra salud y la de nuestros hijos. Es vital evitar el uso de la movilidad sostenible como arma política arrojadiza. Necesitamos avanzar hacia ciudades más sostenibles para todas las personas, votemos a quien votemos.

Lucía Soriano Martínez. ZARAGOZA

Ventanas del Paraninfo

A finales del pasado octubre envié una carta al rector de la Universidad de Zaragoza, acompañada de una fotografía publicada en HERALDO que daba cuenta de la participación de Paula Ortiz en el ciclo ‘Conversaciones’. En ella aparecía la cineasta aragonesa asomada a una ventana de la planta baja del Paraninfo, cuyo marco presentaba un estado deplorable. Solicitaba a la autoridad académica un mantenimiento adecuado de un edificio singular, buque insignia de la Universidad. No recibí contestación. Hace unos días, acompañado de amigos, fui a la cafetería de dicho centro y cuál fue mi sorpresa, muy desagradable, al contemplar ese deterioro en las ventanas (prácticamente todas). Al Paraninfo acuden visitantes y es penoso que vean esa imagen de desidia. Espero que las restauren cuanto antes.

José Manuel Sádaba Oteiza. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono).

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