Quejas del campo
Los agricultores y ganaderos españoles siguen con sus protestas denunciando la subida de los costes de producción, los recortes de ayudas, las normativas contra el uso de pesticidas y para aumentar los períodos de barbecho, la burocracia que desmotiva el relevo generacional y en general una crisis que se arrastra desde mucho tiempo atrás, resumida en la falta de rentabilidad de su trabajo y sus productos, vendidos casi a nivel de costes.
La situación llega a un límite que compete a los consumidores, pues no se entiende la garrafal diferencia entre el precio del producto en origen y el que pagamos en la cesta de la compra; algunos precios se han duplicado o más en el último año. El abuso de los encarecimientos por las cadenas de intermediarios debería ser asunto principal del Gobierno a través de su Ministerio de Consumo al frente, que hasta ahora no ha logrado controlarlo.
Tampoco se entiende que los trabajadores del campo de la Unión Europea deban seguir una estricta normativa y luego los países se dediquen a comprar productos de África y Sudamérica que no cumplen los requisitos exigidos a los europeos.
Para aplacar las quejas, el Gobierno piensa en subvenciones, un tema donde debe haber total transparencia y contarse con todas las Comunidades, pero eso es sólo un nuevo parche: debe llegarse a la raíz del problema, que son los injustos precios en origen, bien por abuso de los intermediarios o por la competencia desleal de las importaciones.
La lucha contra la despoblación pasa por solucionar los problemas del campo y deben plantearse medidas que ayuden al sector, como el aumento de aranceles y limitaciones para las importaciones de productos, y otras que impliquen también al consumidor, como exigir que la etiqueta de origen sea legible y visible para poder elegir entre producto de la UE o del exterior y favorecer a nuestros productores con prioridad.
Si se hace en otros conflictos, ¿no debería resolverse este problema con el diálogo entre el Gobierno central y el campo, que no se ha producido aún?
Magdalena Lasala es escritora y Premio de las Letras Aragonesas
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