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Cartas al director de HERALDO: Dejarse llevar por el compás del vals

Dejarse llevar por el compás del vals
Dejarse llevar por el compás del vals
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Dejarse llevar por el compás del vals

Al tratar este tema, me dejo llevar por el hechizo de una gran oradora que supo manejar con maestría sus recursos para hablar del vals. Consiguió que la audiencia nos adentrásemos en este fenómeno que surgió como expresión de una sociedad que había arrinconado los usos aristocráticos y había concedido el mando a la burguesía en Europa. 

Logró trasladarnos a Viena, a esos salones donde un grupo de personas, rompiendo con los estudiados movimientos del minué (danza aristocrática y cortesana), consigue con este nuevo baile, en cada uno de sus vertiginosos giros, una absoluta sensación de libertad. Una de las anécdotas que arrancó una sonrisa a los oyentes fue el comentario acerca de la consideración del vals en el siglo XVIII como algo inmoral y atrevido. Goethe, en ‘Las penas del joven Werther’, escribe a propósito de un baile: "Cuando llegamos al vals comenzamos a dar vueltas unos alrededor de los otros, como si fuéramos esferas (…) Jamás he bailado con mayor ligereza y facilidad. Era yo algo más que hombre. Tener en mis brazos aquella amable criatura, volar con ella como una exhalación, perder de vista todo lo que me rodeaba…". La gente más conservadora no estaba acostumbrada a que una pareja bailara entrelazada. Hasta entonces los bailarines se tomaban de la mano mientras efectuaban complicadas coreografías. La institutriz de Luis Felipe de Francia dijo que el vals echaría a perder a toda joven honesta que lo ejecutase. A pesar de esto, la nueva danza se difundió y los Johann Strauss, padre e hijo, consiguieron que el vals, de origen campesino, pasara a la corte imperial de los Habsburgo.

Gema Abad Ballarín. REUS (TARRAGONA)

Algo no funciona

No se cómo describir la sensación de que algo no funciona como debería. La Fiscalía del Tribunal Supremo cambia de criterio y pide investigar a Puigdemont por terrorismo. Pero el Gobierno dice que la última palabra la tiene el Fiscal General. Dos jueces piden procesar a Puigdemont y además uno de ellos pide localizar a un miembro del llamado ‘tsunami democrático’ que ha huido en un ataque de pánico, pero el Gobierno decide iniciar la tramitación para modificar la Ley de Enjuiciamiento en favor de los acusados de terrorismo. El presidente del Gobierno se adelanta a cualquier juez y proclama que los independentistas violentos no son terroristas. Pero uno mira las hemerotecas y las imágenes se contradicen y las palabras cambian mágicamente para transfigurarse en contrasentidos. ¿Dónde está lo cierto? ¿Puede haber tantas personas con opiniones tan contrapuestas e interpretaciones tan diferentes en todo?

Mariano Ara Báguena. ZARAGOZA

Mientras no sea a la puerta de mi casa...

Los ciudadanos asistimos diariamente al espectáculo bochornoso que supone el que los contenedores se vean rodeados de basura, de restos, de cartones, de mobiliario, etc., en definitiva, de infinidad de objetos depositados por quienes, bajo la bandera de que son eficientes y que están concienciados con el reciclaje, no asumen lo incívico que es que ese espíritu reciclador se confunda con lo insalubre y lo ausente de estética ciudadana. Eso sí, esas personas no se quejan salvo que esos contenedores estén instalados a la puerta de su casa; es en ese momento cuando se enfadan y claman por lo vergonzoso de la situación. Seguramente muchos dirán que la culpa es de nuestro Ayuntamiento, que no pone los suficientes contenedores, otros dirán (no yo) que la Policía debe actuar y multar, cuestión que evidentemente en ningún caso se produciría, salvo que los municipales fueran vestidos de paisano, pues todos sabemos que eso, lo de dejar cosas fuera del contenedor, además de no ser correcto es ‘de multa’. Yo si veo a alguien dejar cosas fuera de los contenedores intento de buenas maneras decirle que no es lo correcto, que no lo haga y puedo asegurar que desde hace más o menos un mes que procedo a decirlo, pues la presencia de bolsas y restos aumenta día a día, solo dos personas me han dicho "tiene usted razón, disculpe, busco otro contenedor". Al catálogo de despropósitos que tengo que soportar se suman frases como: "Quéjese al señor alcalde", "yo qué culpa tengo de que esté lleno", "qué culpa tengo de que no quepa el sillón en el contenedor", "déjeme en paz, ya lo recogerán esta noche"... Por desgracia, creo que sólo una buena multa, publicitada en el periódico con las iniciales del incívico, podrá ser la solución.

Pedro Javier Tirado Angles. ZARAGOZA

Me estoy radicalizando

Me estoy radicalizando. Siempre he sido algo ‘radicalillo’, pero poco a poco me estoy convirtiendo en un ‘radicalazo’. La culpa no es mía sino del señor Algoritmo y la señora Inteligencia Artificial. Entro en una página de comercio electrónico y tecleo el título de un libro: ‘Problemas de la democracia y auge de la ultraderecha’, por ejemplo. A partir de ese día recibo decenas de sugerencias de otros libros que tratan del mismo asunto. Lo mismo pasa en las redes sociales: le doy un me gusta a alguien o escribo un comentario e inundan mi cuenta montones de internautas que piensan como yo. Si se me ocurre criticar a alguien, no tardan nada en bloquearme. Así no hay manera de aprender nada. Pero no solo pasa con los libros y las ideas. Durante la pandemia, compré una estantería giratoria por internet. Desde entonces no dejo de recibir ofertas de estanterías giratorias. Pero como el señor Algoritmo y doña Inteligencia Artificial no son tontos, esas estanterías aparecen llenas de libros en cuyos lomos se lee ‘Problemas de la democracia y auge de la ultraderecha’ y cien títulos más de ese tenor. Tan mala es la polarización que causa estragos como el batacazo de Teruel Existe en las elecciones nacionales, en las que perdieron al diputado y a los dos senadores. En boca de Diego Loras, «los resultados no han sido buenos debido a la polarización». Claro, si un día apoyas al PSOE y al siguiente al PP, confundes al señor Algoritmo y a la señora Inteligencia Artificial, que no entienden de transversalidad, y acabas bloqueado por los ciudadanos. Yo, como estoy radicalizado y polarizado nunca votaré a Teruel Existe. Pero la culpa no es mía. Cuando era radicalillo iba a las manifestaciones de Teruel Existe, pero ahora que soy un radicalazo polarizado no los soporto porque no son ni chicha ni limoná. Pido ayuda para despolarizarme y desradicalizarme.

Evaristo Torres Olivas. VILLARQUEMADO (TERUEL)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono).

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