El próximo 11 diciembre se cumplirá el 30 aniversario de la declaración del Camino de Santiago Francés como Patrimonio Mundial por la Unesco, por su importancia cultural y natural y su especial significado en la historia de la humanidad. 

Con esta distinción al Camino de Santiago Francés, con sus dos entradas a nuestro país, bien por Somport bien por Valcarlos-Roncesvalles, se ponía en valor el trabajo que desde los años ochenta llevaron a cabo diversas personas, entre ellas el párroco de O Cebreiro Elías Valiña, quien propulsó el Congreso Internacional celebrado en Jaca en 1987.

Desde entonces, la realidad es bien diferente dentro del mismo Camino según se ande por unos tramos o por otros. El impulso dado en otras autonomías ha supuesto que, por ejemplo Hontanas, localidad burgalesa de 73 habitantes, tenga cuatro albergues y tres pequeños hostales, o que Boadilla del Camino, en Palencia, con 115 habitantes, tenga dos albergues y un hotel. Dos localidades de la España vaciada donde el Camino afianza sus cimientos.

En Aragón, el ritmo es bien diferente. El Camino ha sufrido un brusco descenso en el número de peregrinos (proporcionalmente de 10 a 1) debido en gran parte a la pasividad de los organismos competentes. Bien es cierto que en los últimos años se han llevado a cabo algunas inversiones por parte de la DGA, además del esfuerzo de algunos ayuntamientos para mantener sus albergues, como es el caso de Jaca, Santa Cilia, Artieda o Undués de Lerda, junto con el trabajo que desarrollan otros albergues centrados en la hospitalidad tradicional: el recién reformado albergue de Canfranc pueblo, gestionado por la Fraternidad Internacional del Camino, o el de Arrés, por la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino, que han ayudado a revitalizar estas localidades. El paso de peregrinos es imprescindible para el mantenimiento de estos albergues.

Recientemente se abrió el centro de acogida del peregrino en Canfranc Estación. Y cabe destacar el interés del ayuntamiento de Aísa por realzar y dignificar el espacio de Santa Cristina en Somport, donde se erigió uno de los tres hospitales de peregrinos más importantes de la cristiandad en la Edad Media, o la apuesta del ayuntamiento de Jaca por dotar a la ciudad de cierta identidad jacobea.

Como aspectos negativos: la falta de implicación institucional regional y del territorio para dar el impulso necesario que potencie el Camino.

Uno de nuestros objetivos es la actuación ante instituciones, tanto privadas como públicas, para la defensa y conservación del patrimonio histórico-cultural y natural del Camino de Santiago. Por ello hemos comunicado a Patrimonio Cultural de la DGA tres incidencias importantes, dos de ellas especialmente graves y pendientes desde hace meses: la deteriorada pasarela sobre el río Aragón en Canfranc Estación y el socavón que el mismo río ha producido en Castiello y que amenaza con colapsar el mismo e impedir el paso no solo de peregrinos sino también de paseantes. No hemos recibido respuesta.

También nos hemos quejado a la oficina del peregrino de Santiago de Compostela por la omisión de nuestro tramo en sus credenciales. Hasta el momento, tampoco hemos recibido respuesta. Lo que indica que nuestro tramo del Camino pinta más bien poco para algunos.

Desde esta asociación seguiremos poniendo nuestro granito de arena para difundir la importancia paisajística, patrimonial y cultural del Camino Francés por Aragón, que puede ser un verdadero eje vertebrador, piedra angular de nuestro territorio, por lo cual invitamos a todos a conocerlo, recorrerlo, sentirlo y vivirlo.

José María Bartolomé Toyas es presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Jaca