Por
  • Jesús Alijarde Cavero

Energías limpias: objetivos y ruta

Energías limpias: objetivos y rutas
Energías limpias: objetivos y rutas
Heraldo

La energía es un concepto omnipresente en todas las disciplinas de la ciencia, lo envuelve todo, se hace presente a través de múltiples formas y se define como la capacidad de realizar un trabajo.

A lo largo de su historia, el ser humano ha ido desarrollando nuevos y mejores sistemas de generación y aprovechamiento de energía, con el objetivo de realizar trabajos de forma más sencilla y eficiente. Grandes saltos adelante se dieron cuando se descubrió el fuego, se inventaron herramientas y máquinas –primero para aprovechar la energía del viento y las corrientes de los ríos– y finalmente, en la edad moderna, con la máquina de vapor y el motor de combustión interna. Hasta el lenguaje y la escritura pueden ser almacenamientos energéticos de progreso.

En paralelo al proceso de descubrimiento e invención, las personas han experimentado el cambio que suponía la redefinición de su mundo con base en las nuevas aplicaciones energéticas y, como todo cambio, ha tenido que vencer rozamiento y resistencias en su camino.

La actual situación de transición energética no es una excepción, aunque venga condicionada por la urgente y grave emergencia climática. Grandes equilibrios de poder, toda la geopolítica construida durante la segunda mitad del siglo XX y enormes sistemas económicos están basados en el consumo del petróleo y el gas, y es lógico que quieran mantener su poder e influencia durante el mayor tiempo posible.

Por el contrario, lo que parece un contrasentido es que ONG medioambientales se opongan a las energías renovables en favor de un mundo continuista con el petróleo y el gas, que los movimientos proteccionistas nacionales más cerrados perpetúen modelos económicos de extrema dependencia exterior o que los gobiernos europeos tengan un principio fundamental como es ‘el que contamina paga’ y al mismo tiempo estén implementando políticas públicas de subvención a los combustibles fósiles y creando impuestos a las energías renovables.

El cambio hacia la energía renovable está en marcha
y hay que impulsarlo de manera consecuente con los objetivos que nos planteamos como sociedad

Por ello, para este 14 de febrero, Día Mundial de la Energía, me gustaría compartir unas humildes reflexiones sobre lo que considero ejes centrales del cambio necesario: liderazgo, objetivos y ruta.

Es necesario un liderazgo inspirador y ejemplarizante, con mensajes claros, consecuentes y que asuma las consecuencias de los actos con transparencia y responsabilidad. No se pueden permitir bandazos o cambios de sentido en materia energética, porque las decisiones de hoy tendrán efectos en los próximos diez o veinte años. Tampoco se puede ocultar o suavizar la profundidad del cambio por miedo a la pérdida de votos; todas las personas y sectores económicos tendrán que transformarse, la resistencia por mantenerse como hasta ahora solo generará rozamiento y perdida de energía.

Los objetivos del cambio deben ser compartidos, alcanzables, medibles y transparentes. Los beneficios tienen que ser percibidos y repartidos, de otro modo solo conseguiremos perpetuar el sistema y dar sentido a la famosa frase de ‘El Gatopardo’, "que todo cambie para que todo siga como está".

Por último, el camino a recorrer supone el esfuerzo de todas las personas que transitamos el cambio de verificar que seguimos persiguiendo los mismos objetivos y que la dirección no ha caído en la entropía. Nos obliga a ser ciudadanos responsables, no individuos egoístas, entender que hay decisiones y consecuencias de corto, medio y largo alcance, y que nuestra vida debe adaptarse lo máximo posible a la vida ideal con la que conseguiremos alcanzar los objetivos como sociedad.

En cualquier caso, comparta o discrepe de mi reflexión, es una obviedad que la energía, su utilización y formas de distribución y consumo seguirán marcando el devenir de nuestro día a día, con nuevos sistemas de aprovechamiento y transformación donde cada individuo tendrá que decidir en qué lado de la ecuación se pone, si en el del cambio o en el del rozamiento.

Jesús Alijarde Cavero es economista y presidente de la Comisión de Sostenibilidad del Clúster de la Energía de Aragón

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