Santiago Abascal exige explicaciones al presidente de Aragón por su decisión de acoger menores migrantes en la Comunidad pese al rechazo frontal de Vox. 

El dirigente de extrema derecha pedirá la convocatoria de la comisión de seguimiento del pacto de investidura que permitió un gobierno de coalición PP-Vox en la DGA para que los populares "se comprometan" a que no llegue "ni uno más". Aragón, dentro de Europa, es una comunidad de valores que debe estar a la altura en una cuestión moral como el derecho al asilo, frente a los populismos. Además, la Comunidad necesita inmigrantes para cubrir muchos puestos de trabajo y para sostener el Estado del bienestar.

Hace unos días, fue el propio vicepresidente de la DGA, Alejandro Nolasco, el que advirtió de que mientras Vox forme parte del Gobierno no permitiría la entrada de más migrantes. El órdago tuvo que ser desactivado por Azcón, que desautorizó a su socio en el Pignatelli asegurando la "solidaridad" y el cumplimiento de los compromisos adquiridos con Canarias. Vox, con la perspectiva de las elecciones europeas de junio, sigue los pasos de las fuerzas de ultraderecha eurófoba, que han hecho de la inmigración uno de sus principales caballos de batalla para intentar capitalizar el descontento de algún sector de la población.

Aragón, como el resto de las autonomías, debe dar un respuesta legal, solidaria y eficaz al reto migratorio, más allá de los episodios de demagogia con que ciertos partidos de izquierda despachan un fenómeno tan complejo como éste y aún más del alarmismo desplegado por la derecha radical. Se debe exigir al Gobierno central y también al europeo una política integral que aborde la cuestión no sólo desde la perspectiva legislativa y económica, sino también desde el punto de vista de su integración social. Para poder gestionar los flujos migratorios de manera humanitaria y eficaz es necesaria una regulación que evite las llegadas descontroladas y reparta la carga entre los Estados de la UE.