Cancha
Vivo enfrente de un colegio. Un colegio es un espacio que sufre abundante tute, pues no sólo reciben educación nuestros hijos, sino que se habitan por un sin fin de actividades vinculadas a sus vidas, como extraescolares, fiestas, eventos, de todo.
A medida que la sociedad lo ha ido necesitando, los colegios han ido estirando sus propuestas, ya que se ha hecho fundamental, tanto para poder atender a la conciliación como para vertebrar o aumentar otras capacidades de los chavales, como las musicales o las deportivas.
Mi colegio oferta varios deportes y hay uno en concreto que además ha dado varias alegrías al deporte nacional: es el baloncesto. Existe una gran agrupación deportiva, que con cariño se esfuerza en que sus pequeños deportistas se diviertan a la vez que aprenden a jugar un deporte y nutrirse de los valores positivos del deporte, del ejercicio y del valor del esfuerzo.
Estos años atrás, el sábado a las 9 de la mañana el sonido de las pelotas votando, ya me decía qué hora era. Yo veía desde mi balcón a los padres que todos los fines de semana, iban a ver a sus hijos, a acompañares en sus deportes. Y admiraba su entrega, por que ahí estaban hiciera frío, calor, lloviera o soplara el cierzo . Y pensaba ¡Menudo sacrificio!, yo, si puedo lo evitaré, porque no quiero ir con la lengua fuera también los sábados. Hasta hace unos días, claro. Bastó un ruego, ¡uno sólo! Un mamiiiiiiiii y una ligera caída de ojos, para que mi firme convicción se desmoronara como un castillo de naipes, cual construcción de arena en las olas de mi endeble pensamiento. En fin, que nos vemos en las canchas.
Isabel Soria es productora y documentalista
