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Cartas al director de HERALDO: Aquel Círculo de Lectores

Aquel Círculo de Lectores
Aquel Círculo de Lectores
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Aquel Círculo de Lectores

En los años 60 en España un 15% de la población era analfabeta. Entonces apareció un negocio que teniendo su origen en Alemania fue en nuestro país donde más se expandió. El Círculo de Lectores Bertelsmann Lesering llegó y lo publicó todo. 

Y al decir todo no puedo dejar de incluir ‘Las edades de Lulú’ de Almudena Grandes. En España se leía poco, las librerías se concentraban en las ciudades y Correos apenas te llevaba paquetes que pesasen más de 300 gr. El servicio de repartidores fue el instrumento para la introducción de los libros en casa. Un repartidor famoso fue José Sacristán. Pero yo conozco a compañeros de estudios que queríamos sacar un dinerillo extra. Y ahí venían las estrategias para vender. Un colega llamaba a la puerta y ya de entrada preguntaba: «¿Podría hablar con su madre?», con el consiguiente subidón del ama de casa que era quien solía abrir. Ya tenía una actitud positiva. Y cada cuál usaba la triquiñuela que le funcionase. En los años 80 y 90, se alcanzó el millón y medio de socios. Y a partir de ahí, el declive. Ha seguido dando coletazos, para que finalmente el proyecto fuese adquirido en 2014 por Planeta, que ahora ha decidido cerrarlo. Podemos recordar felizmente que parte de cómo somos es gracias a cómo fuimos en décadas de formarnos a través de libros que te llegaban a casa. Quedamos nostálgicos de esos libros para cuyo pago teníamos en casa dispuesto un dinero en efectivo. Ahora tampoco tenemos dinero en casa, y posiblemente estemos a favor de la campaña que se ha convocado para el día 5 de febrero para que nadie pague con tarjeta y darles una lección a los bancos por el maltrato hacia los mayores.

María Luisa Alonso Alcalá. ZARAGOZA

En un partido de fútbol base

El pasado fin de semana, en el campo municipal donde se estaba disputando un partido de fútbol base, una madre de cierto club les faltó al respeto a niños de 11 años (la razón, jugar en el equipo adversario), hasta el punto de ser advertida su conducta por el árbitro y reflejarlo en el acta. Igualmente lamentable resultó que, lejos de ser reprendida o acallada por los demás padres del citado club, éstos se entregaran a un comportamiento de poco recorrido intelectual. Los padres que creen que sus frustraciones serán compensadas con un hipotético futuro futbolístico dorado de sus hijos no mueven sino a la lástima. Ahora está por ver si quien ha de velar por penalizar este tipo de conductas cumple con su cometido y si el club al que pertenece este personaje obra según los valores que dice propugnar. De lo contrario, cualquier argumento relativo a educación y valores para los niños será mera hipocresía.

Sergio Oliveros Gómez. ZARAGOZA

La calidad humana

Mis padres se hicieron abonados del HERALDO allá por 1947. Fallecido mi padre, mi madre siguió con la costumbre de leerlo diariamente y ellos me pasaron el ‘veneno’ de leerlo a diario. Cuando mi madre ya no podía leerlo debido a su enfermedad psicofísica, entró en su vida Míriam, una chica marroquí que por su calidad humana, amor y empatía hacia mi madre merece todo lo bueno que se pueda decir. Míriam se lo ofrecía a mi madre. Si en el cielo Dios guarda un sitio a las personas buenas, Míriam tendrá reservada una silla a su vera. Hay cosas que en una universidad no se aprenden, el trato humano, eso es innato. Míriam lo tiene. Respecto a la Clínica San Juan de Dios, muy bien, dentro de que es una clínica concertada. La atención recibida por mi madre ha sido muy buena en lo médico y en el trato humano. Quiero agradecer a todo el equipo médico, enfermería, auxiliares, celadores, limpiadoras, etcétera sus servicios. No digo nombres porque me dejaría a más de uno, así que agradezco al conjunto la atención que le han brindado. No querría olvidarme del páter del hospital, que nos ha brindado palabras de paz y consuelo. En fin, gracias a todos los que habéis ayudado a nuestra madre y a la familia en estos tiempos difíciles para ella, gracias.

Alfonso Azorín Corral. ZARAGOZA

Cardiopatías congénitas

El 14 de febrero es el Día Nacional de las Cardiopatías Congénitas y, como muestra de apoyo a las personas afectadas (niños y niñas y sus familias), se iluminarán en color rojo la Aljafería y algunas fuentes emblemáticas de Zaragoza. Además, el sábado 17 se ha organizado una jornada, de 10 a 14, dirigida a los más pequeños en el centro cívico del Tío Jorge. Habrá pintacaras, talleres de pulseras, de pintura, ‘photocall’ y se presentará y contará el primer cuento infantil de la autora Diana Gómez Gil, ‘Marcos y los dinosaurios’, afectada y secretaria de asociación.

Diana Gómez Gil. UTEBO (ZARAGOZA)

Cuando la protesta se convierte en delito

La agricultura es uno de los más nobles oficios. Los agricultores protestan, y con razón, ya que les es difícil ganarse la vida. La falta de precios justos para alcanzar una mínima rentabilidad, la subida de los costes y la excesiva burocracia hacen inviable su continuidad. Es respetable que protesten, se manifiesten y reivindiquen sus derechos, pero de ahí a radicalizar el discurso, irremediablemente pasamos a otro ámbito. Un guardia civil ensangrentado porque le han tirado una piedra o unos policías a los que, cuando iban escoltando a los tractores por la carretera, les han intentado sacar de la vía y después atropellar a uno de ellos, son sucesos que ya no entran dentro de la reivindicación, convirtiéndose en delitos que conllevan penas de prisión. Por mucha razón que tengas en tu protesta, la pierdes. Pasas de manifestarte en derecho, a caminar fuera del mismo. Y se intenta demonizar a los policías y guardias civiles que hacen su trabajo. Esos mismos a los llamas cuando un kamikaze te ha embestido con el coche y ves el Cielo cuando llegan. Esos mismos que cuando a tu hijo le roban con violencia unos individuos, los detienen y acompañan a urgencias a la víctima. Esos mismos que, como fuerza coactiva que son, protegen nuestros derechos frente a los que quieren vulnerarlos. ¿Qué pasaría si no estuvieran estas protestas controladas por la Policía y la Guardia Civil? Piénsenlo. Una persona que atenta contra un policía o un guardia civil no es un manifestante, es un delincuente. Gracias a esos policías y guardias civiles podemos expresarnos libremente o andar por la calle sabiendo que, si me pasa algo, estarán patrullando cerca. Gracias a ellos, esos que ahora les tiran piedras se pueden manifestar y protestar, no lo olviden.

Marco A. Navarro Laguna Abogado del Sindicato de Policía Jupol, Asociación de Guardias Civiles Jucil y Sindicato de Policía Local Forzapol

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. 

cartas@heraldo.es

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