Agricultores en Bruselas
Las asociaciones de agricultores de toda Europa han sitiado el barrio europeo de Bruselas durante la cumbre de los líderes de los 27 países miembros para reivindicar el sector del campo, exigir el fin de los tratados de libre comercio y pedir precios justos para sus productos.
La presencia de más de un millar de tractores en el corazón de la capital comunitaria es una clara manifestación del enfado del campo, expresado durante las pasadas semanas en varios países europeos. El sector económico primario es fundamental sobre todo porque es el proveedor de alimentos de calidad para los ciudadanos. Sin embargo, está sumido en un malestar creciente debido a las difíciles condiciones que generan las normativas de la UE. Los agricultores pugnan frente a un mercado desregulado que importa productos de terceros países a bajo precio que presionan a la baja los de España y el resto de Europa. Las autoridades comunitarias y nacionales deben dar respuesta a sus justas reivindicaciones.
En las protestas de los agricultores europeos, que en las pasadas semanas han protagonizado bloqueos desde Alemania a Francia, destaca un generalizado sentimiento de frustración porque las políticas europeas les imponen un exigente respeto por el medio ambiente, pero, al mismo tiempo, abren la puerta a productos de otros continentes con menos requisitos que los que se imponen en la UE. A los trabajadores del campo hay que garantizarles que perciben ingresos suficientes por su trabajo. Las instituciones europeas tienen que estudiar con el sector qué medidas de flexibilización normativa, de simplificación de la actual PAC y de eliminación de la excesiva burocracia se pueden adoptar para que los agricultores y ganaderos puedan cumplir en condiciones aceptables con su papel de proveedores de alimentos y de principales protectores del medio ambiente.
