Barrio y voz rural

Elecciones en los barrios rurales de Teruel 22 10 2023 Foto Javier Escriche[[[FOTOGRAFOS]]]
Elecciones en los barrios rurales
Javier Escriche

Si esto fuera Cataluña, los vecinos de los barrios rurales de Zaragoza (ya saben, provincia de Casetas), bien podrían estar jaleando desde ya aquello del ‘¡votarem, votarem!’. El día 4 de febrero, más de 26.000 ciudadanos han sido convocados a unas urnas que elegirán a los representantes del Ayuntamiento de Zaragoza en estos territorios. 

Una elección democrática, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades, y que precisamente por ello merece una reflexión sobre qué camino debe tomar el papel del alcalde o alcaldesa de los barrios.

Los que germinamos en Casetas y ya tenemos una edad moderada (es decir, hemos visto pasar los suficientes alcaldes y colores políticos como para tener un contexto, pero todavía no desesperanza), hemos observado cómo la retórica instaurada es la frustración. Hemos tenido alcaldes de diferentes sensibilidades; de hecho, sería injusto meter a todos en el mismo saco de la inacción; pero no se puede olvidar que existe un muro competencial que dilata o directamente frena necesidades vecinales probablemente no tan marginadas en las zonas puramente capitalinas.

En este sentido, plantear una solución que modificara las competencias puramente legales de las alcaldías de los barrios rurales en su relación con el Ayuntamiento es algo que quizá sería oportuno plantear en un debate a largo plazo. En el medio y corto, que apuntan a más pragmáticos y viables, creo que las cercanas elecciones deben trazarnos, más allá de unas urnas, un plan de acción. Cuestiones básicas como la escucha no exigen cambios administrativos, pero sí políticos y sociales; lo que antoja situar el debate en una cuestión de voluntad. Voluntad para escuchar, pero también para hablar y, precisamente por ello, para una gestión municipal de este tipo, me parecen muy interesantes las consultas públicas sobre cuestiones esenciales que se han puesto en marcha en grandes ciudades y que para barrios como Casetas serían útiles.

No es lo mismo la idea de un alcalde rural predicando en el desierto, que la suma de voces vecinales demandando una mejora prioritaria votada por consenso. El 4 de febrero es una oportunidad para ahondar en las garantías democráticas municipales pero, sobre todo en los barrios rurales, para articularse en una suma de voces que se escuche por participativa.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Juanma Fernández)

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