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Cartas al director de HERALDO: Barbasán, el pintor del paisaje y el color

Una mujer observa la obra 'El paso de Roncesvalles', en el Museo Goya de Zaragoza.
Una mujer observa la obra 'El paso de Roncesvalles', en el Museo Goya de Zaragoza.
EP

Barbasán, el pintor del paisaje y el color

Este año se cumple el centenario de la muerte de un gran pintor aragonés: Mariano Barbasán. Nació en Zaragoza en 1864 y murió en la misma ciudad en 1924. Es un pintor de estilo realista con cierta influencia del impresionismo italiano y de la obra de Fortuny. Cultivó la pintura paisajística y escenas de la vida rural y también pintó algunas obras de género histórico. 

Su estilo destaca por un esplendoroso colorido y gran luminosidad, logrados mediante una técnica de pincelada suelta. En 1889 obtuvo la pensión de la Diputación de Zaragoza para completar su formación pictórica en la Academia Española de Roma, en donde coincidió con Francisco Pradilla y Sorolla. Aparte de las obligadas obras de pintura de historia como pensionado, cultivó el género costumbrista, inspirado en los pueblos italianos, recogiendo en bucólicas composiciones los aspectos más pintorescos del paisaje y de la vida cotidiana, no exentos, a veces, de humor; uno de sus biógrafos lo llamaba "el pintor de la luz de los Apeninos". Vivió poco tiempo en Aragón pero nunca se olvidó de sus paisajes, de sus pintores y de sus tradiciones. Decían de él que era un hombre irónico y juguetón, al que le gustaba tocar la guitarra y alegrar la vida de los demás: lo hacía con la música, cantando jotas, hablando con la gente o enviando cartas a sus amigos, llenas de dibujos, de guiños, de ingenio y de poesía. Fue nombrado académico de Bellas Artes de San Luis y el Gobierno de Aragón adquirió un importante legado del artista que depositó en el Museo de Zaragoza. En 1984 García Guatas reeditó su biografía para Ibercaja. Sirva la presenta carta para rememorar a este artista y a su obra, poco conocida en España y en nuestra ciudad.

Jesús Fleta Zaragozano. ZARAGOZA

Reconciliación

Hace unos días se manifestaron en Bilbao miles de personas para pedir al Gobierno que vacíe las cárceles de presos etarras, aquellos que mataban personas por motivos políticos. Cualquier reivindicación es legítima en democracia, pero lo que no es democrático es insultar, abuchear, amenazar y llamar facha a un periodista que, como tantos otros, cubría la información de la manifestación de los que, en otro tiempo, apoyaron los crímenes de ETA. Es dura la cárcel, sin duda, pero los presos etarras pueden protestar y cambiar su suerte, sus víctimas jamás lo harán. España es el único país del mundo donde a quien lo ama y se siente español se le insulta de facha. Es obvio que dentro de un tiempo ya no habrá presos de ETA en la cárcel, pero mientras tanto deben convivir y dialogar quienes, desde diferentes ideologías, habitan el País Vasco, sin odios ni rencores pasados. Tan importante como perdonar y olvidar es ver a los demás como seres humanos, con derecho a ser y a vivir como lo crean oportuno, sin ser señalados ni insultados. Que la definitiva reconciliación de todas las vascas y los vascos sea una hermosa realidad.

Miguel Bretón Vallejo. ZARAGOZA

Hablar con un director comercial

Al ser jubilado, tengo suficiente edad para conocer la práctica habitual de las empresas con servicio al público en las que, ante cualquier reclamación, te atendía un director comercial. Pero esto, parece ser, no va con Movistar. El 17 de octubre llamé al servicio de atención al cliente para ver posibles ofertas sobre mis servicios contratados y una amable operadora me informó de un descuento del que yo podría disfrutar, gracias a una promoción. Ante mi sorpresa le pregunté tres veces si realmente era así y entraban todos los servicios que yo recibía; las tres veces me confirmó la veracidad de la oferta y así firmé el nuevo contrato con esa cantidad reducida. Cuál fue mi sorpresa cuando al día siguiente ya no disponía de más de la mitad de los canales de Movistar. Inquieto, volví a llamar y pedí hablar con un director comercial. En vano, porque sólo lo logré con otra operadora amable que me reafirmó en lo correcto de la nueva situación. Ante mi insistencia me ofreció la posibilidad de formular una queja; así lo hice y esta vez me atendió un operador caballero que nuevamente recogió mis observaciones. Al cabo de diez días recibí un mail en el que se me informaba de que no atendían mi reclamación porque no ha lugar. Volví a pedir por escrito la atención de un director comercial y solo recibí la callada por respuesta. En estas circunstancias me pienso si vale la pena hacer una queja en la oficina del consumidor del Gobierno, pero eso sí, tengo claro que el oficio o puesto al que debí de aspirar en mi vida profesional era ser director comercial de Movistar. Un auténtico chollo. De todas formas, como los ocupados directores también tendrán que descansar en un receso, tomar un café y echarle un vistazo al HERALDO, alguno me leerá e igual se arregla todo. La esperanza nunca se pierde.

Ignacio Mainer Guerrero. ZARAGOZA

Arropar el arte

Cuando yo era estudiante en un internado de Zaragoza, hace más de medio siglo, se me ocurrió pegar en la pared del dormitorio una foto de un cuadro de una mujer desnuda. De Goya o de Velázquez, no recuerdo. Lo que sí recuerdo es que la señora que se encargaba de la limpieza, de nombre Tiziana –no me lo invento–, le dijo al director, delante de mis narices, que había colgado una foto de "una mujer que enseña todo el perejil". Tras la bronca, me obligó a arrancarla, romperla en pedazos y tirarla a la papelera. Cincuenta años después, en un pueblo de Toledo, Quintanar de la Orden, han cancelado la representación de una obra de teatro porque "los actores aparecen en ropa interior". En otro pueblo de Valladolid, Tordesillas, han retirado las luces navideñas porque "a las hadas se les nota un pezón". A este paso, no sería de extrañar que en todos los pueblos de España se creara el puesto de concejal de la Decencia, al que también podrían llamar Braghettone o Braghettona. Se encargaría de mandar tapar las vergüenzas de todas las obras y representaciones en las que aparecen personas desnudas o en paños menores. Deberían empezar por el Museo del Prado, para dar ejemplo, y cubrir tantas majas desnudas, vírgenes amamantando y culos al aire. De paso, deberían ponerse en contacto con el ayuntamiento de Florencia para que le pusieran un traje al David, que luce en pelota picada. Eso sí, no habría que cubrirlo de cualquier manera, con chándal o pantalones vaqueros rotos y desgastados. Habría que encargar el traje a los grandes modistos. Finalmente, el Gobierno español debería denunciar ante la Unión Europea a Francia y al Museo de Orsay de París por exhibir la obra de Courbet ‘El origen del mundo’, en la que aparece "una mujer que enseña todo el perejil", como diría la señora Tiziana de mi adolescencia.

Evaristo Torres Olivas. VILLARQUEMADO (TERUEL)

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

cartas@heraldo.es

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