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Cartas al director de HERALDO: El fallo de la inteligencia israelí

Un soldado camina solitario por el kibutz Kfar Aza
Un soldado camina solitario por el kibutz Kfar Aza
Efe

El fallo de la inteligencia israelí

El Mosad, servicio de inteligencia israelí, considerado como uno de los mejores del mundo, fue sorprendido el 7 de octubre por el brutal ataque de Hamás. El hasta ahora prestigioso organismo de inteligencia no cumplió sus obligaciones de velar por la seguridad de Israel. 

El problema son las consecuencias de su comportamiento. Miles de muertes que se hubieran podido evitar si hubiese estado en vela la agencia israelí. Tensión en las relaciones internacionales que ha contribuido a producir una situación de ‘tercera guerra mundial a cachitos’, como la ha calificado el papa Francisco. El fallo del Mosad ha sido tal que se llega a especular con la idea de que hubiese habido espionaje dentro del Gobierno israelí e incluso dentro del mismo Mosad. Sorprende que los palestinos de Hamás entrasen en territorio israelí hasta con motocicletas y parapentes y dispararan a diestro y siniestro matando a los que se encontraban a su paso. Es sorprendente también que no hubiera reparado Israel en la construcción de una red de túneles por Hamás tan amplia que podía compararse con una red de metro y cuya realización llevó varios años. Los túneles han tenido un significado importante en conflictos de David contra Goliat. En la guerra de Vietnam los vietcongs aturdían a los marines americanos con un sofisticado sistema de túneles que les permitía aparecer y desaparecer del campo de batalla en breve tiempo. En cualquier caso la tragedia ya no puede ser revertida. Para evitar que continúe, la diplomacia sensata mundial, entre la que se encuentra nuestro Rey, entiende que la resolución de esta terrible tragedia con miles de niños, bebés y pueblo inocente masacrados pasa por el reconocimiento de un Estado palestino que viva en paz con Israel.

Francisco Javier Esteruelas Hernández. ZARAGOZA

Felicidad para el nuevo año

Hace unos días este periódico amablemente me publicó una carta titulada ‘¡Felicidad!’. Hoy, con el comienzo del nuevo año, quiero saludarles y aconsejarles, sirviéndome de la canción, qué deben hacer las personas afortunadas que tienen esas tres cosas: "El que tenga un amor (hay varias clases de amor), que lo cuide, que lo cuide, la salud y la platita, que no las tire, que no las tire. Hay que guardar, eso conviene, porque el que guarda siempre tiene". Pasa un año rápido, sobre todo para quienes tenemos muchos, y ojalá que al final de este 2024 podamos examinar cómo nos ha ido. No es fácil pero sí posible, se trata de valorar cada una de esas tres cosas y algo más importante, la dolorosa pérdida de seres queridos. Una vez examinado nosotros mismos nos ponemos nota: ¿sobresaliente ‘cum laude’? Eso sí que es felicidad.

Pilar Cavero García-Rivero. ZARAGOZA

Recuperar la verdad

Los objetivos que algunas personas nos planteamos para el nuevo año son, entre otros: recuperar la esperanza para seguir confiando en las personas y en la verdad, tan extraviada en 2023. Urge recuperar la verdad para oponerse al mal y no perder por abandono el paraguas protector de la democracia, que protege nuestros derechos. Es esencial seguir adelante en nuestras vidas con el ánimo renovado y sin saltar al abismo. La razón y la moderación no están en los extremos. Las sociedades infantilizadas asumen más riesgos que las sociedades maduras, porque no detectan el peligro de la manipulación política. Las sociedades maduras no permiten que el odio entre en ellas, intuyen y saben que la intención de esparcir odio nace de posiciones privilegiadas, con talante poco democrático, que no renuncian a mantenerse en el poder. Da buenos resultados tener despierto el espíritu y estar atentos a la escucha interior. Es beneficioso tener un cuerpo saludable y ágil, pero la mente reclama al menos el mismo cuidado, cuando es ella el motor que controla la dirección que libremente tomamos. A veces los sesgos políticos inhiben y nublan la razón, que es la que mejor nos señala el recto camino. Solo el bien, en este caso el bien común, nos salva a todos. Afortunadamente, hoy en este país podemos ejercer el libre albedrío. Sé que mi libre albedrío va a molestar a algunos, pero por experiencia de vida sé que la palabra de los hombres es a veces ambigua y a veces falta cuando el hombre carece de escrúpulos morales. Por ello mi referente moral es Cristo y en él se funden el Amor, el Bien y la Verdad.

Purificación Benedí Gracia. ZARAGOZA

Amnistía, ¿y qué?

Lo verdaderamente importante no es que se proporcione una amnistía a ciertos políticos, siendo lo que es, un pariente pobre del indulto concedido a otros. Lo verdaderamente importante es que, ante lo que hicieron, no se lo volvamos a permitir, no que haya un referéndum que no desea el conjunto de la población. Pero, fuera de eso, lo verdaderamente importante es el chantaje diario que se nos hace con ofrecernos cuatro céntimos y cobrarnos cinco, ya sea en combustible, vivienda o, vergonzosamente, en comida y productos básicos. Lo importante no es que se esté desinflando la burbuja inmobiliaria, sino que se ha creado otra en torno al pan, la harina, el aceite, el pescado, la carne... Y ahí en Zaragoza se quejan mucho del precio de la fruta, pero lo verdaderamente importante es la especulación con lo que debemos comer, mientras, insisto, nos suben el sueldo, subsidio o pensión en 3 y aquello otro, en 5. Eso es lo verdaderamente importante.

Raquel Broto. HUESCA

La vida normal

"Estaba tomando un café en una terraza y ¡zas!, estalla la guerra", me decía Juan Huseinov, un azerbayano, hablando de la guerra con Armenia de hace años. Después de las Navidades volvemos a la vida normal, pero como decía Juan, cuando menos uno se lo espera puede pasar algo fuerte, como una crisis económica con su coste social, un desastre ecológico por la crisis climática o, lo peor, una conflagración armada, como sucede en muchos países y ha sucedido siempre a lo largo de la historia en situaciones delicadas. La pregunta es: si algo puede pasar, ¿cómo prepararnos? Primero, no teniendo miedo, que es un mal aliado. Segundo, no dar importancia a lo que no la tiene tanta. Tercero, seguir haciendo la vida normal y participar en asociaciones o grupos de todo tipo, como clubes deportivos, ONG, voluntariados, parroquias o así, aparte de sindicatos, partidos etc.; allí se tejen relaciones que nos pueden mejorar. Cuarto y no menos importante, cuidar al ejército, a protección civil y organismos que ayuden en esos casos límite. ¿Sería bueno volver a una mili renovada para los jóvenes o a formar una acción ciudadana para los mayores?

Javier Pueyo Usón. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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