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Cartas al director de HERALDO: Literatura y cine, el discurso de tu vida

Foto antigua del Cineclub Cerbuna
Foto antigua del Cineclub Cerbuna
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Literatura y cine, el discurso de tu vida

Dice Javier Gomá, nuestro más reputado filósofo español, que las personas se distinguen de la siguiente manera: las que añoran la infancia con anhelo y nostalgia y aquellas cuya identidad se forma en la adolescencia. Y luego nos pregunta: ¿cuál dirías que es el discurso de tu vida? Por mi parte, reflexiono ante esta pregunta y echo la vista atrás.

De mi infancia recuerdo la magia de Litago y el Moncayo, las tardes de los domingos en la gasolinera-bar-restaurante Casablanca y su gramola de música, el jugar entre los olivos en el Olivar, la papelería librería de la avenida de Navarra y sus cómics y libros, el Capitán Trueno, Jabato, Tintín, Asterix y Obelix, los Marvel... Mi infancia no la añoro, aunque desde luego me marcó. La identidad sí se formó en mi adolescencia, sobre todo en el colegio y algo en el equipo de natación de El Olivar. En el colegio se fue forjando mi identidad intelectual. A partir de 2º de BUP empecé a ir los viernes por la noche al cineclub del colegio, me hice cinéfilo. También entró en mí la literatura, afición que ya había sido larvada en mi infancia. Entre este periodo y el COU, mi mejor año adolescente, descubrí a todos, a Pedro Salinas, a François Truffaut, a Pío Baroja, a Unamuno, a Hermann Hesse, a Visconti, a Fellini, a Fassbinder, a Bergman, a Raymond Radiguet, a Mircea Eliade, a tantos y tantos, dándome una determinada identidad. Descubrí el amor a la mujer, Bohemios, El Rollo o El Triciclo, las fiestas de Santo Tomás de Aquino, o la canción ‘Crees que soy sexy’ de Rod Stewart, el primer viaje a París.... Una determinada identidad que se ha revertido en mi edad madura, el amor por la literatura y el cine. ¿Y el discurso de tu vida?

José Vicente Domeque Goya. ZARAGOZA

Premio de jubilación (Lo pagamos usted y yo)

Leo que el Ayuntamiento de Zaragoza va a premiar a sus funcionarios cuando se jubilen. Este premio consiste en una prima de más de 7.000 euros, eso sí, si cumplen dos criterios: que no hayan sido sancionados más de dos veces y que hayan asistido a su puesto de trabajo más del 75% de los días laborables. Sí, sí, han leído bien, que han podido faltar a su puesto de trabajo todos los lunes o todos los viernes de la semana y, aun así, son empleados modelo y tienen derecho a la prima de jubilación. ¿Se imaginan si en cualquier empresa privada te coges un día a la semana sin justificar y luego le pides a tu jefe una bonificación o prima por buen empleado? Por supuesto, esa prima la pagamos usted y yo con nuestros impuestos. ¡Vamos, anda!

Alberto Solanas Val. ZARAGOZA

Premio de jubilación (Es su obligación)

Los funcionarios del Ayuntamiento de Zaragoza recibirán cuando se jubilen un ‘premio’ de 7.600 euros, siempre que cumplan en su trabajo. ¿Qué les parece premiar por cumplir con su obligación? ¡Manda huevos! El nuevo convenio recoge que si el último año laboral asiste el 75% del tiempo a su puesto de trabajo y no es sancionado en 24 meses, recibirá el citado premio. Es vergonzoso premiar por lo que se supone que es la obligación de todo trabajador, cumplir correctamente con su cometido. Significa reconocer que la mayoría de los funcionarios del Ayuntamiento no cumplen con sus obligaciones. Y que esto lo negocien los sindicatos es todavía más vergonzoso. Se trata de administrar el dinero público adecuadamente, no de regalarlo. Me figuro que estos sindicatos no negociarán con la empresa privada lo de premiar por cumplir, ya que no lo aceptarían. Saben los sindicatos que pueden apretar a las administraciones ya que en el cuerpo de funcionarios es dificilísimo que se sancione a nadie, vamos, tiene que ser un delincuente. Lo puedo corroborar porque soy funcionario del Estado desde hace 45 años y me sobran dedos de una mano sobre casos de sanciones.

Agustín Aznar Sánchez. ZARAGOZA

Perdón y reconciliación

La Guerra Civil española ha sido la peor catástrofe ocurrida en la historia de nuestro país. Ni la guerra contra los franceses, ni las guerras carlistas supusieron el desastre humano, artístico, familiar, de la contienda de 1936 a 1939, sus prolegómenos y la dictadura consiguiente. Solo se salvaron de uno u otro bando las personas de buen corazón. Las atrocidades en ambos bandos fueron descomunales. Se realizó un encomiable esfuerzo de perdón y conciliación por todos los españoles, encabezados por los ponentes de la Constitución de 1978, en la que participaron personajes de ideologías contrapuestas pero con un interés común: el perdón mutuo y el paso de página de unos terribles años. No nos podemos olvidar que mucho de lo ocurrido en nuestros pueblos estaba motivado por rencillas personales, familiares, por la incultura y la pobreza. Tras unos años de superación de lo citado, aparecen negras nubes sobre nosotros. Se han movido asuntos ya olvidados que no benefician a la paz y concordia entre españoles. No cito hechos concretos a nivel nacional, conocidos por todos. Simplemente, un detalle. En el monumento levantado en memoria de los republicanos asesinados en Teruel, en más de treinta años, jamás he visto escritos o grafitis. Ahora hay uno que me produce enorme tristeza: «rojos m...». Siempre que estoy por allí recuerdo y rezo por las personas que murieron de ambos bandos. Harían bien los políticos actuales en no revolver ni reactivar estos asuntos. Todas las familias españolas tiene nefastas historias que contar y han perdonado. Los políticos están para ilusionar y mejorar la nación; no para escarbar en desgraciados sucesos de hace 80 años.

Miguel Labay Matías. TERUEL

En un país imaginario

¿Qué pasaría en un país imaginario cuya Constitución consagrara la igualdad ante la ley de todos sus ciudadanos y prohibiese establecer privilegios económicos o sociales entre los distintos territorios, si su gobierno, también imaginario, hiciera caso omiso de esa ley y la vulnerase por motivos bastardos? Lo procedente sería que alguien denunciara dicha violación y que los jueces interviniesen aplicando la sentencia apropiada. ¿Y si ese gabinete tuviera maniatado al poder judicial con jueces incondicionales a su causa que desestimasen la querella? Se sospecharía entonces que el control del ejecutivo sobre el judicial conllevaría también su dominio sobre el legislativo, aprobando leyes y normas de todo tipo a su antojo, que sin un poder judicial independiente concluiría indefectiblemente en un régimen dictatorial y autoritario. "La acumulación de todos los poderes, legislativo, ejecutivo y judicial en las mismas manos puede presentarse como la propia definición de la tiranía" (James Madison). Cualquier parecido con un país real es mera coincidencia.

José Antonio Gayarre Gómez. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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