Azcón, en el agrio debate nacional

El presidente de Aragón, Jorge Azcón, en la ejecutiva del PP en Madrid
El presidente de Aragón, Jorge Azcón, en la ejecutiva del PP en Madrid
Enrique Cidoncha

Jorge Azcón reacciona con energía cada vez que Pedro Sánchez, en su temerario acercamiento al separatismo, cruza un rubicón. El presidente aragonés censura con severidad los desafueros del presidente español, aboga con convicción por el constitucionalismo y asegura que defenderá en todo momento los intereses de Aragón contra cualquier posible abuso. 

Es de agradecer, claro, esa firme disposición a defender a nuestra Comunidad, algo que por lo demás le va en el cargo. Y en cuanto a las críticas a las maniobras de Sánchez, seguramente Azcón coincide, las más de las veces, con lo que piensan la mayoría de los aragoneses. Lo malo es que con tanta contundencia y tanta insistencia en intervenir en el debate, agrio, de la política nacional, Azcón podría dar la impresión de que no está centrado en lo suyo, en gestionar las cosas de Aragón, las muchas y esenciales competencias que tiene su Gobierno y que no dependen a cada instante de lo que haga o diga Sánchez. Algún aragonés, escuchando sus intervenciones, podría decirle, "muy bien, presidente, pero aquí en casa también hay tajo". Mismamente, estamos ahora en medio de una minicrisis sanitaria. O no tan mini. Han pasado cinco meses desde que el presidente aragonés asumió su cargo y no sé si a la ciudadanía le ha llegado todavía un mensaje claro sobre cuál es el proyecto que tiene para la Comunidad. El PP le ha declarado a Sánchez la guerra sin cuartel. No sé si será o no la estrategia adecuada, pero en todo caso esa es la guerra de Feijóo. Porque aquí, efectivamente, hay mucho que hacer.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Víctor Orcástegui)

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