Con el fallecimiento de César Alierta Izuel, España y Aragón pierden a uno de sus más destacados líderes empresariales. Una personalidad que ha contribuido como pocas al progreso tecnológico y a la internacionalización de la economía española. 

Como aragonés siempre mantuvo estrechos lazos con Zaragoza –"mi relación con Zaragoza es de amor total", declaraba a HERALDO en 1999–, comprometiéndose en la defensa y promoción de nuestra Comunidad.

Nacido en la capital aragonesa y licenciado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza, César Alierta desplegó una larga carrera en la gestión empresarial que lo llevó a la dirección de algunas de las empresas más destacadas de nuestro país. Su labor durante dieciséis años como presidente ejecutivo de Telefónica sirvió para modernizar la compañía, situándola en la élite de las empresas tecnológicas mundiales como una avanzada multinacional netamente española y contribuyendo a la difusión de las tecnologías de la información (TIC) y a una necesaria internacionalización que reforzó el perfil económico de España. En los momentos más duros de la crisis financiera Alierta abogó, desde el Consejo Empresarial para la Competitividad, en favor de la estabilidad y de una visión a largo plazo para el progreso de la sociedad española. Su ánimo emprendedor, su visión de futuro y su capacidad de liderazgo quedarán como un referente en el mundo empresarial. Orgulloso de su condición de aragonés, Alierta difundió y defendió los valores y el amplio potencial de Aragón, demostrándose un enamorado de su tierra y un defensor de sus señas de identidad: "Estamos encantados de ser aragoneses, de ser españoles y de ser europeos", decía. César Alierta ha sido uno de los aragoneses cuyo desempeño profesional ha tenido mayor repercusión nacional e internacional; su recuerdo y su ejemplo han de servir de inspiración para el futuro a las jóvenes generaciones.