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  • Editorial

Tensando la cuerda

Strasbourg (France), 13/12/2023.- Former Catalan regional premier Carles Puigdemont speaks during a debate on 'Review of the Spanish Presidency of the Council' at the European Parliament in Strasbourg, France, 13 December 2023. (Francia, Estrasburgo) EFE/EPA/RONALD WITTEK
Carles Puigdemont habla en el Europarlamento ante Sánchez el  13 de diciembre de 2023.
RONALD WITTEK

Algunos de los aliados políticos que Pedro Sánchez se ha buscado amenazan con dejarle tirado en la primera gran votación en el Parlamento. El Gobierno apura los contactos con los partidos con el objetivo de garantizarse la mayoría necesaria para lograr convalidar hoy los tres decretos aprobados por el Consejo de Ministros en diciembre de los que dependen, entre otras cuestiones, la llegada de otros 10.000 millones de euros de fondos europeos, la revalorización de las pensiones contributivas al 3,8%, la gratuidad del transporte público para los jóvenes, la rebaja del IVA para los alimentos básicos o más de 1.700 millones de euros de inversión en energía renovable en Aragón. La decisión del presidente del Ejecutivo de poner la legislatura en manos de Carles Puigdemont ya está colocando a España, como era previsible, en una situación de extrema fragilidad que perjudica los intereses del conjunto de sus ciudadanos.

El PSOE negocia contrarreloj cómo sortear una nueva condición de Junts: multar a las empresas que no regresen a Cataluña tras haber salido por la inestabilidad que generó el ‘procés’. Por el momento, aunque los socialistas advierten de que cualquier medida al respecto debe «garantizar la seguridad jurídica», no aclaran qué alternativa ofrecerán a Junts. Azcón ha anunciado que acudirá a los tribunales si Sánchez favorece la salida de empresas de Aragón. Este chantaje secesionista no puede generar sorpresa, pues Puigdemont nunca ha ocultado que es contrario al orden constitucional y que vive, como prófugo de la Justicia, sumido en una deriva antisistema. Lo que sí sorprende es que el PSOE acuda ahora a buscar los votos del PP, sobre todo porque fue su líder quien dijo en su investidura como presidente del Gobierno que quería levantar un muro frente la derecha. Un acuerdo puede surgir a lo largo del día de hoy, pero ya se evidencia cómo las alianzas temerarias de Sánchez pueden poner en riesgo cualquier decisión política, económicas o social. 

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