La economía aragonesa evoluciona positivamente y eso se transmite al empleo. La Comunidad es la segunda donde más ha descendido el paro en 2023, un 9,48%. Los 52.782 desempleados registrados representan la cifra más baja desde 2007. Además, ha habido un incremento del 2,59% en afiliaciones a la Seguridad Social. También en el conjunto de España el empleo ha crecido en 2023, a pesar de que en el año se ha producido una progresiva ralentización económica, con un crecimiento del PIB cada vez más lento. Ante la previsión para 2024 de una suave desaceleración, Aragón debe reforzar sus sectores estratégicos, seguir potenciando la exportación y avanzar hacia una economía abierta que favorezca el empleo y la creación de negocios.

En el mes de diciembre que acabamos de concluir, el paro y la afiliación han recuperado en Aragón su tradicional evolución positiva ligada a las campañas navideñas, especialmente en los sectores de comercio, hostelería y turismo. A cambio, preocupa el descenso de los afiliados en Teruel, que pierde 519 cotizantes a la Seguridad Social, reflejando la reducción de la población activa en la provincia. La DGA tiene que hacer un esfuerzo especial en el sur de la región. Las políticas de empleo no pueden reducirse a la ayuda asistencial, sino que han de servir de puente entre trabajadores y empresas.

Entre los retos que tienen por delante tanto la economía aragonesa como la española destacan el de lograr una mayor estabilidad laboral y mejorar la calidad del empleo. Además, la transformación digital va a requerir más trabajadores cualificados y concentrados en sectores que impulsen la competitividad y la productividad. Hay que seguir ampliando la FP mixta, en un país con la mayor tasa de paro juvenil de la UE. La tendencia cuantitativa es buena, pero la cualitativa invita a ser más exigentes.