Un acuerdo rápido y discreto
Lo de la nueva Justicia de Aragón casi ha sido una sorpresa. Y de las agradables, que no abundan. No tanto por la persona elegida, la magistrada Concepción Gimeno, que ya sonaba en algunas quinielas y cuyo perfil personal y jurídico parece idóneo para el cargo, como por la aparente facilidad con la que el PP y el PSOE han llegado a un acuerdo. Las negociaciones han debido de ser discretas y más o menos rápidas. Y nos han dado a los aragoneses la satisfacción de completar sin demoras indebidas la vacante del que es, después de los presidentes del Gobierno y de las Cortes, el tercer cargo institucional de la Comunidad. En fin, que los dirigentes de ambos partidos han hecho lo que había que hacer, sin perder el tiempo y sin perderse en disputas y trifulcas. Lo que no es poco si vemos cómo se desenvuelve la vida política nacional. Ojalá que este acuerdo -podríamos decir que ‘de Estado’ dentro de nuestro ámbito autonómico- sea el preludio de una cooperación más amplia en otros asuntos que también requerirán acuerdos transversales. No hay que esperar, claro está, que los populares y los socialistas aragoneses se traten recíprocamente con guante blanco. Hay discrepancias, y tiene que haberlas y han de notarse en una sociedad plural y en un régimen de libertades. Pero estaría bien que la política aragonesa se apartase un tanto y se librase del chirrido constante que va a dominar el choque -que Sánchez ha hecho inevitable- entre el PSOE y el PP en el escenario nacional. De momento, vamos a tener ya nueva Justicia de Aragón. Sin demoras, sin broncas. Eso está bien.