Un acuerdo rápido y discreto

El palacio de Armijo en Zaragoza, sede del Justicia de Aragón.
El palacio de Armijo en Zaragoza, sede del Justicia de Aragón.
Asier Alcorta

Lo de la nueva Justicia de Aragón casi ha sido una sorpresa. Y de las agradables, que no abundan. No tanto por la persona elegida, la magistrada Concepción Gimeno, que ya sonaba en algunas quinielas y cuyo perfil personal y jurídico parece idóneo para el cargo, como por la aparente facilidad con la que el PP y el PSOE han llegado a un acuerdo. Las negociaciones han debido de ser discretas y más o menos rápidas. Y nos han dado a los aragoneses la satisfacción de completar sin demoras indebidas la vacante del que es, después de los presidentes del Gobierno y de las Cortes, el tercer cargo institucional de la Comunidad. En fin, que los dirigentes de ambos partidos han hecho lo que había que hacer, sin perder el tiempo y sin perderse en disputas y trifulcas. Lo que no es poco si vemos cómo se desenvuelve la vida política nacional. Ojalá que este acuerdo -podríamos decir que ‘de Estado’ dentro de nuestro ámbito autonómico- sea el preludio de una cooperación más amplia en otros asuntos que también requerirán acuerdos transversales. No hay que esperar, claro está, que los populares y los socialistas aragoneses se traten recíprocamente con guante blanco. Hay discrepancias, y tiene que haberlas y han de notarse en una sociedad plural y en un régimen de libertades. Pero estaría bien que la política aragonesa se apartase un tanto y se librase del chirrido constante que va a dominar el choque -que Sánchez ha hecho inevitable- entre el PSOE y el PP en el escenario nacional. De momento, vamos a tener ya nueva Justicia de Aragón. Sin demoras, sin broncas. Eso está bien.

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