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  • Pilar Cervigón Ferrer, Carmelo Crespo Zaldívar y tres firmas más

La Iglesia, en defensa de la cooperación

La Iglesia, en defensa de la cooperación
La Iglesia, en defensa de la cooperación
Heraldo

No son tiempos fáciles para la solidaridad en Aragón, ni para la defensa de los derechos humanos en nuestro mundo. En mayo del 2022, utilizamos esta misma columna por nuestra disconformidad a los presupuestos del Ayuntamiento de Zaragoza; hoy, desgraciadamente, tenemos que hablar del Gobierno de Aragón, que, de los 8.250 millones de euros previstos, los Presupuestos más altos de la historia, recorta el 80% de la cooperación y la deja en 1.800.000 euros, ¡al nivel de 1997!

Las entidades de la Iglesia católica que trabajamos la cooperación, que salimos a otros países a expresar nuestra esencia, a trabajar con pueblos empobrecidos, a exigir los derechos de las personas y cuidar su dignidad quedamos muy golpeadas por el Gobierno de Aragón. Desde nuestra opción preferencial por los pobres y como Iglesia samaritana, en salida, trabajamos aquí y allá, allá y aquí; bajo nuestra fe y nuestro convencimiento en otro mundo posible, no creemos que ayudar, cooperar fuera sea quitar nada a nadie. Es más, creemos que salir de Aragón y de España nos dignifica y nos hace mejores.

Los obispos de la Conferencia Episcopal Española, en el documento ‘Iglesia servidora de los pobres’, nos interpelan: "Lamentablemente, aún los derechos humanos pueden ser utilizados como justificación de una defensa exacerbada de los derechos individuales o de los derechos de los pueblos más ricos (…) Hay que recordar siempre que el planeta es de toda la humanidad y para toda la humanidad y que el solo hecho de haber nacido en un lugar con menores recursos o menor desarrollo no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad. Hay que repetir que los más favorecidos deben renunciar a algunos de sus derechos para poner con mayor liberalidad sus bienes al servicio de los demás".

Vemos con preocupación profunda este recorte cuando el PP, con otros partidos, firmó el Pacto aragonés por la cooperación en 2018 y en 2023 votó la aprobación de la nueva Ley de Cooperación, en la que se reconoce la cooperación desde las comunidades autónomas y se hace extensiva la necesidad de comprometerse con el 0,7% de presupuesto. En este sentido, en el programa electoral del PP de mayo de este mismo año 2023 se decía, en su medida 260: "Financiaremos de forma estable la cooperación, con el objetivo de destinar el 0,7% del Presupuesto a ello". ¿Qué ha ocurrido?

Más allá de las siglas, las apuestas políticas y los compromisos tiene su expresión en los Presupuestos. Por ello, como miembros de la Iglesia, desde nuestro compromiso con los más vulnerables, queremos expresar nuestro rechazo a este dramático recorte y apelar a un cambio en la aprobación definitiva de los Presupuestos del Gobierno de Aragón; lo hacemos también como parte de la Federación Aragonesa de Solidaridad (en la que participamos activamente) y que moviliza a más de 1.500 personas voluntarias en Aragón.

El drástico recorte de las ayudas a la cooperación internacional previsto en
los Presupuestos de la DGA supone un duro golpe para la solidaridad aragonesa

Duele que nuestras máximas autoridades no permitan que los Presupuestos muestren la solidaridad del pueblo aragonés con otros pueblos; el recorte de presupuesto supone, literalmente, pérdida de condiciones de vida y de oportunidades para miles de personas en otros lugares: menos acceso a salud, a saneamiento, agua, a educación, a producción, a formación comunitaria, a semillas, a protección de pueblos indígenas, de mujeres y de la infancia.

La Administración (otras administraciones sí cumplen con los compromisos, como la DPZ ) y en particular el Gobierno de Aragón debe mostrar esa solidaridad con unos presupuestos que deberían tender hacia el 0,7% y no el triste, desolador y desesperanzador 0,02% que proponen para aprobar el día 22 de diciembre. Creemos en la solidaridad internacional, creemos que en el entorno mundial (humildemente, conocemos muy bien nuestra realidad aragonesa y española; es sabido que desde la Iglesia católica, trabajamos intensamente en realidades de pobreza y exclusión social aquí) seguimos estando en una parte de mundo privilegiado y tenemos que arrimar el hombro para una mejor vida para otros: derechos y dignidad; dignidad y derechos.

Escribía san Francisco de Asís: "Comienza por hacer lo que es necesario; después lo que es posible, y de repente, estarás haciendo lo imposible". En ese sentido, las actitudes políticas son opcionales y desde las ONG de la Iglesia católica estamos seguros de que la sociedad aragonesa enrojece con los recortes. La cooperación, la solidaridad nos hacen también mejores y nos dignifican. Desde nuestra sociedad y nuestros gobiernos, cuidemos a otros –por solidaridad, por compromiso, por justicia, por dignidad, por lo firmado– y estaremos cuidando también de nuestra tierra y nuestra gente.

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