La sociedad que permitirá construir el futuro estadio de Zaragoza, La Nueva Romareda S. L., ha quedado constituida por el Ayuntamiento, la DGA y el Real Zaragoza.

 Las partes han rubricado el acuerdo apenas tres meses después del momento de incertidumbre que se generó a raíz del recurso presentado por Podemos, una reacción «en tiempo récord» con la que se quiere lanzar un mensaje claro: la capital del Ebro tendrá un campo de primera categoría y estará preparada para ser sede del Mundial de Fútbol de 2030. La firme voluntad de sacar el proyecto adelante debe ser correspondida por el Gobierno central y el conjunto de la clase política. El presidente Pedro Sánchez, que tan generoso se está mostrando con algunas comunidades autónomas, tiene ahora la ocasión de sumar a la Administración central al proyecto.

La Nueva Romareda S. L. está liderada por el Ayuntamiento de Zaragoza, que tendrá el 33,34% de las participaciones. Inicialmente, el Consistorio ha puesto el derecho de superficie del suelo, valorado en 24,5 millones de euros, mientras que el Gobierno de Aragón ha aportado 20 millones y el club blanquiazul, otros 6 millones. La previsión es que hasta el año 2028, las partes completen su aportación de 40 millones de euros y hacer un total de 120, cifra que se incrementaría hasta los 180 millones con los 60 que se pretende conseguir a través de vías de financiación externa.

La envergadura social, económica y política del proyecto exige la participación de todas las administraciones y de todos los partidos, especialmente del PSOE, que en el pasado lideró otras iniciativas y que ahora se mantiene al margen. Aunque Jorge Azcón ha admitido que «sería un milagro» que el coste de la nueva Romareda, fijado en 140 millones de euros, «no se incrementara», hay que trabajar para que no existan sobrecostes.