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  • Cartas al Director

Cartas: La desaparición del festival Periferias

Una de las exposiciones del festival Periferias de Huesca.
Una de las exposiciones del festival Periferias de Huesca.
Verónica Lacasa / HERALDO

Periferias en Huesca, 23 años de cultura para todos y todas, punto a favor para nuestra preciosa ciudad y sus increíbles residentes. Dicen que es un despilfarro económico... Sepan que no es un negocio privado y que el dinero es para y por los ciudadanos, supongo que eso les molestará. En cuanto a negocios privados, muchos venden sin ganancia productos para ayudar y agrandar su negocio, es una mera forma de mercado para no perder ventas de productos en los que sí que se gana dinero. ¿Entonces también están en contra del mercado para el consumidor? No todo es ganancia y menos aún en el tema público. La RAE define progresista como «de ideas y actitudes avanzadas». Algunos están en contra, ¿quiere decir que son de ideas y actitudes retrasadas? Puesto que es lo contrario de avanzado… Sobre lo de ‘culturetas’ dice la RAE: «Actividad cultural que no alcanza un nivel aceptable». ¿Quieren decir que ellos van a mejorar la cultura o, por el contrario, van a prohibirla? La cultura es «un modo de vida, costumbres, conocimientos, desarrollo artístico, científico e industrial», según la RAE. El lenguaje parece ser que no es lo suyo, como tampoco la cultura, el conocimiento o el ciudadano y la ciudadana. No entiendo ese odio visceral contra todo lo que sea cultura, estudios, arte, etc. ¿O es porque simplemente se basan en el odio y nada más? Con mucho respeto, espero que vuelva un festival que dejaba millones de euros en nuestra ciudad, a nuestros negocios, nuestras gentes, y de paso, instruía, divertía y culturizaba a la gente, tanto de fuera como a los residentes. Por último, otra pregunta: ¿es peor el que hace el mal o el que le deja hacer el mal? Hagan el bien, piensen en el pueblo, la industria, la economía, y sí, una cosa tan necesaria que se llama cultura y que nos enriquece como pueblo a todos y a todas.

Arturo Mozota HUESCA

Robos reiterados en Épila

Épila es noticia con frecuencia por el complejo de Bon Àrea, pero no por los robos nocturnos que un día sí y otro también suceden en la localidad. Y que están generando miedo. En mi caso particular, la noche del miércoles robaron en una propiedad de mi familia, y ya van cuatro robos este año en distintas propiedades nuestras. Ante esto y las reiteradas denuncias y las conversaciones con el alcalde del pueblo, que no mueve ni un dedo, quiero que se haga público, para que el Ayuntamiento empiece a hacerse cargo. Épila no solo es Bon Àrea.

María José Sanz Escuer

ÉPILA (Zaragoza)

La enfermedad del poder

Ocupa la presidencia del Gobierno de España persona que no es digna de alabanza, dado que miente e incumple su palabra, que emplea todos los medios a su alcance, incluso alianzas que a la mayoría repugnan, coloniza las instituciones y está poniendo en grave riesgo el Estado de derecho y la unidad de España. No dispone de mandato alguno para lo que está haciendo, buena prueba de ello es que dos de cada tres españoles se oponen a sus indignas negociaciones llevadas a cabo fuera de España, con ocultismo, al margen del Congreso y con un mediador extranjero. Son cesiones a aquellos que como objetivo tienen destruir España y que no aportan contrapartida alguna. Los aliados de Sánchez se están beneficiando de su debilidad y ansias de poder. Eso sí, está construyendo un muro de separación entre españoles, ayudado por personas que han sucumbido a su ambición y que, al igual que él, mienten y se desdicen. Justificar sus ‘cambios de opinión’ sin rigor alguno, con cinismo, bromeando, con mentiras y manipulaciones no es coherente, resulta infantil y un desprecio a los españoles. Gobernar con una confianza exagerada en sí mismo, imprudencia e impulsividad, con desmedida preocupación por la imagen, con alejamiento progresivo de la realidad, tratando que el rival sea vencido a cualquier precio, con un ego desmesurado... es padecer síntomas patológicos relacionados con el poder y es así como le sobreviene la enfermedad del poder al presidente Sánchez Pérez-Castejón, que al alcanzar posiciones de poder ha cambiado drásticamente su personalidad, actuando como si todos sus deseos debieran ser atendidos y demandando obediencia incondicional.

Joaquín Mañeru López

ZARAGOZA

La protesta del transporte sanitario

El paseo de la Independencia cortado, silbatos, vuvuzelas, megáfonos, policías como escoltas, petardos, bengalas y hasta una batucada. Solo faltaba algún cántico del estilo ‘moverse, maños, moverse’ y que todos los asistentes vistieran de blanco –solo la batucada iba de ese color– para pensar que se trataba de una previa de un partido importante del Real Zaragoza. Sin embargo, los chalecos naranjas daban a entender que se trataba de otro tipo de partido. Concretamente, el de la huelga del transporte sanitario. Desde la plaza de San Miguel a las seis de la tarde, hasta la glorieta de Sasera, pasando por el Coso, la plaza de España, Independencia y la plaza de Aragón, desfilaron los manifestantes durante dos horas. En el día de huelga número 333, los técnicos en emergencias sanitarias se manifestaron por el centro de Zaragoza para pedir un convenio digno, el actual –en manos de Ambulancias Tenorio– mantiene los sueldos congelados desde 2018. Ya hace dos semanas, el secretario del comité de dicha empresa, Jorge Luis Grima, emitió un comunicado denunciando la situación. En él revelaba que la mesa negociadora no estaba dando resultados. Grima amenaza con empezar una huelga de hambre si no se renegocian, antes de que empiece el año, los salarios de todos los trabajadores de forma acorde a la subida del IPC desde enero de 2019. No hubo en la manifestación violencia ni verbal ni mucho menos física. Un ejemplo de civismo que lamentablemente resalta cada vez más en contraste con otras protestas actuales.

Iker Martínez Beisti

ZARAGOZA

Acuerdo climático

Como ‘histórico’ han calificado muchos el acuerdo alcanzado en la COP-28 para alejarse de los combustibles fósiles, que calientan peligrosamente el planeta. Después de largas negociaciones, la conferencia climática de la ONU acordó, ante la sorpresa de los escépticos, el inicio de una transición para ir dejándolos paulatina pero definitivamente atrás. Es lo que ya deberían haber hecho los gobiernos hace mucho tiempo, pues está demostrado desde hace décadas que las emisiones de carbono por la quema de carbón, petróleo y gas natural impulsan el calentamiento del planeta. Aunque no falten críticas por la falta de un mandato obligatorio y por el lejano horizonte fijado del 2050, el acuerdo es un paso adelante para poner freno al problema climático.

Mar Sánchez Ramos

ZARAGOZA

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