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Cartas al director de HERALDO: La calidad de nuestro sistema educativo

Inducir en las familias la desconfianza hacia la escuela es un error.
La calidad de nuestro sistema educativo
Guillermo Mestre

La calidad de nuestro sistema educativo

Titulares periodísticos y ‘expertólogos’ no dejan de decir que la educación en España es hoy peor que hace veinte años. Y no, no es verdad. Se ha pasado de un sistema que expulsaba a los ‘tontos’, que se basaba en el falso elitismo de exigir mucho en exámenes pero que no exigía enseñar realmente. 

Estudié hasta 8º de EGB y luego pasé a 3º de ESO. La Logse lo cambió todo. Antes el sistema se dedicaba a echar al alumnado, algunos a la FP, otros al mercado laboral. El BUP era una forma de echar a gente, a COU llegaban pocos. Era un alumnado enseñado a memorizar datos y vomitarlos en exámenes desmesurados. Esos sacaban buenas notas, pero prefiero que me trate un doctor educado a partir de la Logse antes que uno educado en los sistemas anteriores. Las posibilidades de excelencia son más altas. Quienes llegaban a la universidad se suponía que eran los mejores, cuando la realidad es que muchas de las mejores mentes se habían quedado por el camino de unos padres sin recursos económicos o sin la disposición a que sus hijos tuvieran estudios superiores. Decir que la educación era mejor antes me hace gracia, porque lo dicen personas de 60 años y también las más jóvenes. ¿Cuándo comenzó el declive? Y lo cierto es que las generaciones más brillantes, al mismo nivel que sus contrapartes mundiales, se han educado en este ‘sistema decadente’. No, la educación franquista y postfranquista era falsamente elitista. El abandono escolar se ha reducido, lo que puede inferir con resultados de una prueba puesta muy en duda, pero no ha influido en el alumnado más capaz, que saca el máximo provecho al sistema y se conforma como las generaciones mejor preparadas de la historia de España. Algo que siempre se dice, que es cierto, y que contrasta con lo que se dice de la bajada de calidad del sistema educativo español.

Fernando Carrasco Nigra-Maccono. ZARAGOZA

Activar el talante democrático

Cada uno tenemos nuestra verdad que en democracia deberíamos contrastarla con la de los demás, pero sin ira ni enfrentamientos. Sin embargo, hemos alcanzado tal nivel de crispación, propiciada por un irrespirable ambiente político y social de consecuencias impredecibles y muy preocupantes, que nos impide serenar la discusión e intentamos arrasar las ideas contrarias con el insulto y la descalificación, cuando carecemos de argumentos sólidos y razonados. Estas inéditas circunstancias alimentan los nefastos sentimientos de odio y enemistad que carcomen la convivencia pacífica y acaban con la tolerancia que debería gobernar nuestra relación, situándonos en una espiral de violencia de difícil salida. Llegados a este punto, urge activar el talante democrático, salir del confort de quienes piensan igual que nosotros y valorar lo que hay de positivo en las opiniones discordantes de los otros, como ejercicio saludable para clarificar y enriquecer las nuestras. Que las expresiones de paz y concordia que a buen seguro nos vamos dirigir en estas fechas no sean sólo un tradicional y fugaz deseo navideño, sino una realidad en nuestro trato habitual que trascienda al resto del año.

José Antonio Gayarre Gómez. ZARAGOZA

El regalo de la escucha activa

El ser humano siempre ha tenido una necesidad imperiosa de comunicarse con aquellos que le rodean mediante la palabra. Pero sucede que mientras se da una gran importancia al hablar, es decir, a la retórica, que tanto exaltaban ya los antiguos filósofos griegos que venían en los libros de historia de nuestros tiempos escolares, nadie se ha preocupado un ápice de enseñarnos el fundamental arte de la escucha activa, con atención plena hacia quienes nos hablan. Así, cuando llega el momento de soltar nuestra perorata a los demás, frecuentemente tan solo toleramos que se nos pregunte sobre experiencias personales y que se nos aporten cálidas y bienintencionadas sugerencias, siempre que no puedan interrumpirnos nuestra conversación. En estas fechas tan especiales de regalos por doquier, uno de los mejores que podemos ofrecer –aparte de no interrumpirlo– estriba en mirar fijamente a los ojos de nuestro interlocutor, de la manera más relajada que podamos, e intentar comprender su pensar y sentir.

Miguel Sánchez Trasobares. ZARAGOZA

La crisis climática también te afecta a ti

¿Nos estamos tomando en serio el cuidado de la Tierra? La temperatura global ha aumentado casi 1,5 grados desde niveles preindustriales con consecuencias en grandes lluvias, sequía, calores extremos y grandes nevadas en sitios diversos. Si llegamos a 2 grados padeceríamos efectos catastróficos. Son los países pobres y los más vulnerables los que están sufriendo las consecuencias de una crisis que no han provocado. El clamor de la Tierra se une al clamor de los pobres. Hemos pasado de 300 partes por millón en volumen de concentración de gases de efecto invernadero en el siglo XIX, a las 423 partes en junio del 2023. Ello produce un calentamiento que crece a una velocidad inédita. A este ritmo llegaremos a los 1,5 grados en una década. Algunas manifestaciones son irreversibles, como los daños en los océanos y la supervivencia de muchas especies. El paradigma tecnocrático está falto de ética. Hace falta una conversión ecológica. El cambio climático es de origen humano. Los acuerdos de las COP desde Río de Janeiro en 1992 apenas se han llevado a cabo, por falta de caminos para su ejecución práctica. El Papa ha publicado la exhortación ‘Laudate Deum’ sobre la crisis climática, que he sintetizado aquí y es la continuación de la encíclica ‘Laudato Si’ de hace ocho años. También en nuestra diócesis, como fruto de ella, se ha creado la delegación episcopal sobre la Ecología integral, a la que deseamos muchos frutos. "Todo está conectado", "nadie se salva solo", sería el resumen.

Javier Pueyo Usón. ZARAGOZA

La belleza de lo sencillo

Cuanto más complicado y digital es este mundo más me apasionan las cosas simples y sencillas. Con la edad algunas personas llegamos a comprender y amar el encanto de lo simple. La mera observación del juego de unos niños, el tierno beso de unos adolescentes enamorados, la dulzura de dos ancianos cogidos de la mano ayudándose mutuamente en un paseo, la admiración ante el espectáculo de una hermosa luna llena flotando en el firmamento… En fin cosas simples, bellas, únicas, que hacen que la complicada vida actual sea digna de ser vivida. En muchas ocasiones lo más complejo no es lo más hermoso. Ojalá todos tengamos siempre el alma pura y limpia que nos ayude a admirar la belleza de lo sencillo.

Miki Romanos Mur. ZARAGOZA

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