Por
  • Cristina Lana Santiago

Cerler, ¿telecabina o carretera?

Colas de vehículos en la carretera que sube a la estación de Cerler en invierno.
Colas de vehículos en la carretera que sube a la estación de Cerler en invierno.
Ángel Sahún

Eran los años 60 cuando el camino que unía Cerler con Benasque empezaba a convertirse en una carretera. Un acceso de la época, complicado de hacer pero necesario para sacar a los vecinos de un aislamiento casi total, sobre todo en invierno. 

Es la carretera que abrió Cerler al mundo. Y es la carretera que hoy tenemos: parcheada tropecientas mil veces, pero la misma: sus mismas curvas y su mismo trazado.

La única y última actuación importante es de 2014. Ganamos bastante pero pensando siempre en su continuidad. Aquel año una partida de 500.000 euros permitió mejorar hasta 7 curvas en una orografía compleja en la que hubo que picar mucha roca para ganar el ancho que se ganó. Creímos que era el principio de más adecuaciones y nos hizo pensar en un futuro mejor para Cerler, el pueblo que da nombre a una de las mejores estaciones de esquí de España. Pero no hubo más.

Me pregunto cómo quedaría la carretera de de Cerler (4 kilómetros) con un cuarto del dinero estipulado por el Ayuntamiento de Benasque para construir una telecabina, proyecto estrella que se lleva por delante cualquier otra actuación más urgente en Cerler, más necesaria y reivindicada por tratarse de servicios básicos de los que sí gozan otros pueblos del valle. Mientras ese remonte nos condenará a estar años pagando de nuestros impuestos su construcción, en Cerler seguiremos sin un botiquín farmacéutico, sin un depósito de agua que garantice su suministro a todos los residentes del pueblo durante todo el año, seguiremos sin aceras, sin aparcamientos, sin farolas y, esta Navidad, sin un pino adornado en la plaza del pueblo que ha solicitado la Asociación que presido y que nos han denegado porque "no hay dinero". Y llegados a este punto, dejando atrás las cifras, podemos también medir la capacidad de servicio de uno y otro proyecto. (el primero demandado por Cerler, el segundo por Benasque, la diferencia es tan sencilla como esa).

Una carretera decente para llegar a Cerler no es solo para tres meses de invierno en los que, por acumulación de nieve, algún día podemos necesitar cadenas. No. Una carretera digna a Cerler es una carretera digna para unos vecinos que pagan los mismos impuestos que el resto. Una carretera digna es la que en pleno siglo XXI podemos y debemos tener por seguridad.

Una carreta digna no es una carretera para transportar turistas a la estación. Una carretera digna es una comunicación al mundo que merecemos. Una carretera digna es poder bajar de urgencia al centro sanitario o a la farmacia. Una telecabina es un perfecto transporte de esquiadores en hora de apertura de la estación. ¿Cuánto vale una carretera? ¿Cuánto vale una telecabina? Aquí es donde es importante entender las cifras.

El Valle se puede merecer ese proyecto de telecabina, pero antes de invertir ese dinero miremos las deficiencias, miremos dónde ponemos ese dinero que es de todos, cumplamos con la promesa de darle a Cerler un acceso digno, para sus vecinos, para quienes han invertido aquí en una segunda residencia, para los autobuses que suben a buscar a nuestros hijos para ir al instituto, para los que vivimos en Cerler pero trabajamos en cualquier otro punto del Valle: porque queremos bajar y subir por una carretera segura, porque no tenemos que seguir jugándonos la vida.

Por eso hay que poner la balanza, ser críticos, sinceros, honestos y entender qué necesitamos con más urgencia en este momento y con menos inversión ¿Una carretera a Cerler o una telecabina para el traslado de esquiadores a pistas?

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