Por
  • David Serrano-Dolader

Bonifacio y Agapita

San Bonifacio
San Bonifacio
Pixabay

Uno tiene alma joven, o sea que tengo Twitter (perdón, X). Y uno tiene alma de Tezanos, o sea que me gustan las encuestas. De esos barros, aquestos lodos… Tras lanzar dos encuestillas sobre antropónimos, resulta que Bonifacio (entre los varoniles) y Agapita (entre los femeniles) son los menos atractivos. Si conocen a una pareja tal, ¡que no me lea hoy!

Eso sí, contradicciones del destino etimológico haylas. Bonifacio deriva del latín ‘bonus’ y ‘facere’, por lo que se le suponen buenas obras y buen hacer. Y Agapita viene del griego –vía latina– y quiere decir algo así como ‘amada, amable’. Vamos que, tras la dudosa careta de esos nombrecitos, se esconden dos personas maravillosas y maravilladas. Usted elige si darles el pésame o la enhorabuena. Por lo menos, parece que el refranero español no se ha cebado con ellos sino con otros: "ser más feo que Picio", "no venir ni el Tato", "ser más tonto que Abundio", "el coño de la Bernarda".

Si aún están a tiempo de cambiarse el nombre, siempre pueden escoger alguno de los otros tres que, en orden de fealdad, marcaron mis seguidores tuiteros: Anacleto, Ceferino o Aurelio (para ellos), y Macaria, Cándida o Gregoria (para ellas). Otra posibilidad es alguno de los nombres de la hija de los duques de Huéscar: Sofía Fernanda Dolores Cayetana Teresa Ángela de la Cruz Micaela del Santísimo Sacramento del Perpetuo Socorro de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos. Como diría el loco: si te llamas Patatín, será tu escarnio sin fin.

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