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Cartas al director de HERALDO: Los pioneros del taxi adaptado en Zaragoza

Coger un taxi puede ser la oportunidad para una interesante conversación.
Coger un taxi puede ser la oportunidad para una interesante conversación.
Oliver Duch

Los pioneros del taxi adaptado en Zaragoza

El tiempo vuela, parece increíble pero ya han pasado diez años. Luis fue el primer valiente que se lanzó a comprar un taxi con adaptación para silla de ruedas en el maletero hace un poco más de veinte años, casi nada. Después, siguieron su ejemplo un puñado de amigos y colegas taxistas. Más tarde, hace ahora diez años, se inició el proyecto de ‘Z-Taxi’, que actualmente conforma una flota de más de cien taxis adaptados para sillas de ruedas en nuestra ciudad de Zaragoza.

Es indiscutible que Z-Taxi es un servicio ejemplar, que debería convertirse en un referente tanto nacional como internacional, y que no está lo suficientemente reconocido. Y cuando el pasado domingo 3 de diciembre acabamos de celebrar el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, es un buen momento para dar las gracias a todas las personas que trabajan cada día para ofrecer este servicio a un colectivo que hace años no podía subirse a un taxi. Una acción cotidiana que al resto de los ciudadanos les puede parecer sencilla. Para otros, en cambio, en tiempos era una odisea y un privilegio poder coger un taxi. Ahora, cuando otros nos han abierto y allanado el camino, nos olvidamos muy fácilmente de esos héroes, de los pioneros, de esas personas que rompen barreras dando oportunidades a los demás.

Así que deseo que estas palabras sean un homenaje a Luis y también, por supuesto, a todos sus colegas taxistas del servicio de Z-Taxi adaptado. En resumen, tenemos que celebrar este hito conseguido en Zaragoza felicitando a todas las personas involucradas en esta ilusionante empresa del taxi adaptado desde sus comienzos hasta el día de hoy.

Isabel Fernández García. ZARAGOZA

El sueño de la Copa

Nueve años tenía ese 1 de diciembre de 1983, día de la final de la Copa del Rey de baloncesto entre el CAI Zaragoza y el F. C. Barcelona. Tuve la suerte de presenciarla, casi en primera fila, con mi familia en el pabellón ‘El Huevo’. Mi padre, directivo del CAI por entonces, me había adelantado, a partir de sus conversaciones con los jugadores, que íbamos a ganar, y así fue. Fue una gesta inimaginable para un club humilde fundado pocos años antes. Ser aragonés en España se convirtió en motivo de orgullo. Meses después, con la plata en Los Ángeles 1984, y con varios aragoneses de ese CAI en la selección, me sentí orgulloso de ser español. Ese día también comprendí que los grandes sueños se sueñan en equipo y que los sueños imposibles no lo son, si se sueñan con fuerza.

Borja de Pablos Abiol. ZARAGOZA

Comunicar

¿Y cómo te digo que las palabras me hacen feliz? Quizás por eso estudio Comunicación y quizás también por eso mismo no me callo ni debajo del agua. Me apasiona la comunicación en todos sus soportes. Ya sea en textos, imágenes, gestos… Me alucina tanto que mientras escribo, ahora mismo, no puedo parar de emitir sonidos superraros que vienen directamente de mi corazón y salen sin ningún tipo de control. Me gusta tanto la comunicación que quizá vuelve a ser por esto por lo que nunca miento y no me gusta rodearme de gente mentirosa. Además de que están quitándose a ellos mismos el privilegio de informar, me están quitando a mí la capacidad de comprender la realidad. Son unos egoístas. Comunicar es compartir sin pérdida, y esos mismos, los mentirosos, no tienen los pobrecitos ni la capacidad de ser generosos.

Edurne Belsué Abad. ZARAGOZA

Desinflamar la política

Deberíamos intentar desinflamar la actualidad política y social para evitar la polarización que deshumaniza las relaciones y la convivencia. Unos, desde sus soflamas mediáticas, utilizan un lenguaje de barra de bar; otros, desde su tribuna, hacen de la mediocridad su unidad de medida, incluso algunas saliendo de sus ministerios sin la elegancia debida, como si a un niño le hubieran quitado su juguete. ¡No acabo de entender el magnetismo que tiene el precipicio para algunos! Hay una sobreexcitación retórica a todos los niveles. Necesitamos serenidad frente al frenesí de una sociedad polarizada donde hemos hecho de la palabra un arma arrojadiza, una metástasis que se extiende por el cuerpo enfermo de la humanidad. Hay una maquinaria dirigida y dedicada a inflamar y distorsionar la realidad con el fin de apuntalar hipótesis interesadas. El ensayista estadounidense Charlie Warzel lo explica muy bien cuando dice que desde la aparición de las redes sociales se ha eliminado el pensamiento reflexivo y se ha activado una perversa interacción entre los algoritmos, los extremos políticos de cualquier signo y determinados medios de comunicación. Urge modificar nuestra disposición mental y para ello hay un momento en el que hay que parar. Debemos exigir a los políticos que restablezcan el modelo de convivencia y se ocupen de solucionar conflictos y gestionar el bien común, principios elementales de la gestión política. El ser humano, si se lo propone, sabe y puede caminar hacia el equilibrio y la sana convivencia y convertir su desorden en paz y armonía.

José Luis Romanos Marfil. ZARAGOZA

El deseo de la Navidad

porque nos acercan a la solidaridad entre los pueblos de buena voluntad. La Navidad nos debe traer acuerdos de paz con los mejores deseos de esperanza y bienestar para todos. El Año Nuevo nos invita a llenar las agendas de promesas e ilusiones. Hay muchas maneras de celebrar las Navidades. Cada familia las celebra a su manera. Hay tradiciones que se comparten con un sentido religioso. Se pone el belén en el centro de las ciudades y en los hogares. Es un tiempo de luz por dentro y por fuera. Se iluminan las calles y se adornan con motivos navideños. Las vacaciones de Navidad en la infancia eran las más esperadas. Los que estaban lejos viajaban a la casa de los mayores. Nos reuníamos abuelos, padres, hijos, nietos, primos, tíos, vecinos, amigos, etc. Cabían muchos corazones bajo un mismo techo para celebrar el nacimiento del Niño Jesús con villancicos y alegría. Cuanta más gente había en la casa, más felices nos encontrábamos. Siempre había un sillón vacío que lo llenábamos con nostalgia y agradecimiento, con besos estampados en pequeñas cartulinas sueltas. Pasan las generaciones, cambian las costumbres, nos hacemos mayores, aumentan los problemas, buscamos soluciones y seguimos con crispaciones y guerras. Mas siempre nos quedará esa inocencia vivida en un paraíso llamado niñez.

Menchu Gil Ciria. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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