Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

¡Muera el libro! ¡Viva internet!

¡Muera el libro! ¡Viva internet!
¡Muera el libro! ¡Viva internet!
Heraldo

Dicho está que la lectura es la clave de bóveda de Europa. "La invención de los libros ha sido tal vez el mayor triunfo en nuestra tenaz lucha con la destrucción", escribe Irene Vallejo en ‘El infinito en un junco’ (2019). 

La lectura de obras de literatura, filosofía y ciencia ha modelado nuestra concepción de la realidad (Steiner). Por ello, el actual eclipse de la palabra escrita frente al dominio de la cultura visual (desde TikTok a Instagram) nos sitúa ante un mundo distinto, con parámetros completamente ajenos a los grandes temas del pensamiento clásico.

No se trata tanto de una sustitución paulatina del papel escrito por las pantallas (televisión, ordenador…), sino de que el móvil y el portátil acaparan ya la atención de los ciudadanos occidentales. Un dato de esta semana, incluido en un estudio del Ayuntamiento de Barcelona, señala que los adolescentes pasan más de ocho horas diarias mirando pantallas fuera del horario de clase. En los adultos, la tendencia también se va imponiendo.

En nuestra ‘civilización del espectáculo’, según la ha definido Vargas Llosa,
prima lo visual sobre lo textual 

Este secuestro de la atención de los ciudadanos alimenta el narcisismo y el aislamiento de los individuos. Las redes, que empezaron como plataformas de encuentro y socialización, se han convertido en escaparates donde no importa la conversación sino las compras. En este contexto, las ideas capaces de cambiar el mundo ya no se extienden a través de los libros, los periódicos o las cartas. Es internet quien hoy logra una extraordinaria penetración social. No obstante, los hechos demuestran que las redes sociales son demasiado ‘emocionales’ y nada útiles para elaborar respuestas políticas que promuevan cambios reales. La fallida experiencia de la Primavera Árabe evidencia que las redes sociales son buenas para la propaganda, pero no para la incubación de ideas. "El ‘like’ excluye toda revolución", escribe Byung-Chul Han en ‘Infocracia’ (2022).

En realidad, desde los años setenta ya se estaba produciendo una espectacularización de la política. Como dijo Sartori en ‘Homo Videns: la sociedad teledirigida’ (1997), "el poder de la imagen se coloca en el centro de todos los procesos de la política". No obstante, internet ha acelerado el proceso hasta el punto de que los políticos han llegado a la conclusión de que no les sirve de nada citar a Montesquieu, Hannah Arendt o Habermas porque ya nadie los lee o los conoce. Les resulta mucho más interesante intentar captar votantes a través del infoentretenimiento. Asumen así posiciones y estrategias propias de los ‘influencers’ de las redes sociales hasta transformar la política, como ha escrito Steven Pinker, "en la constante condena moral de los rivales políticos". Por ejemplo, en el escenario español ya no hay competidores, sino directamente ‘enemigos’. La polarización es la seña de identidad de nuestros días e internet es un extraordinario polarizador.

La omnipresencia de las pantallas invita
a los políticos a comportarse como ‘celebrities’ con una pobre ética irracional

El arrinconamiento de los libros hace que hayamos pasado también en la política de la ‘auctoritas’ a la ‘celebritas’. Estamos en una sociedad que es al mismo tiempo emocional y crédula, porque la emocionalidad hace que desaparezca el espíritu crítico y acepta cualquier cosa que tenga un engarce sentimental profundo. Las emociones fomentan la retórica y devalúan los argumentos, de manera que se genera una inestabilidad política porque unas emociones se enfrentan a otras.

Una sociedad sin libros es una sociedad acrítica. Se asume así como normal que un dirigente político se ampare en argumentos tan poco éticos como que el fin justifica los medios, el oportunismo, las teorías del mal menor o el cinismo político. Por eso los líderes de nuestros días no tienen votantes sino fans.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Javier Rueda)

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