Redactor jefe de Organización y Cierre de HERALDO DE ARAGÓN

De Musethica a Les Morenillas

Un momento del concierto de la Asociación Musethica en la sala Luis Galve del Auditorio de Zaragoza.
Musethica en la sala Luis Galve del Auditorio de Zaragoza.
Andrea Cirotto

Tuve la ocasión el pasado fin de semana de disfrutar de dos conciertos que ponían colofón a sendos ciclos musicales que coincidieron en Zaragoza. Aunque eran apuestas dispares, se complementaron en un exquisito compendio de diversidad cultural. 

La que rezuman los creadores que persisten en apartarse de la música ‘lista para llevar’, indagan en clásicos y raíces, les dan una vuelta y acercan al escuchante ansioso algo más que las canciones de moda.

El sábado fue Musethica la que clausuró en el Auditorio su Sesión de Noviembre, desarrollada en Zaragoza y La Almunia. De la mano de grandes maestros, este programa combina la formación de intérpretes con la divulgación de la música más allá de la convencional sala de conciertos. Los artistas se adiestran en espacios inhabituales, como escuelas u hospitales, y favorecen una riquísima retroalimentación en una artística prueba de fuego. En esta ocasión han llegado a centros sociosanitarios y terapéuticos de las fundaciones Aspace de parálisis cerebral y Adunare de inclusión social, hogares de personas mayores y colegios. Sobre el escenario, cuatro violonchelistas de virtuosismo emocionante que aúnan veteranía y juventud –Fernando Arias, Dorottya Standi, Eva Arderíus y Jorge Sierra– que dejaron al auditorio rendido con las emociones a flor de piel.

El domingo tocó volar al festival Música en las Nubes, que se despedía con dos propuestas que beben de la música popular. La jovencísima formación vasca Sarrabete desplegó un abanico de temas intimistas que combinan la melodiosa voz solista con el antiguo sonido de la zanfona. Les Morenillas cerraron la gala con un despliegue lúdico-festivo de música sefardí y perlas moriscas. Este grupo turolense rescata y remoza la tradición musical del Levante. En sus canciones brillan el violín de Sarabel Delgado y la voz de Salomé Abril, líderes de la banda. La actuación confirmó las expectativas de un conjunto consolidado que se metió al público en el bolsillo con frescura, maestría y jolgorio y que dejó al respetable con ganas de más.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Mariano Gállego)

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