El Rey reivindica la Transición
El Jefe del Estado ha hecho, en el acto de inauguración de la XV Legislatura de las Cortes Generales, una cerrada defensa de la Constitución y de la vigencia del espíritu y de los valores que propiciaron la Transición.
En medio de un contexto político convulso por el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez con fuerzas que rechazan lo que denominan "régimen del 78", ha situado a la Carta Magna como "el alma de nuestra democracia y libertad", y ha incidido en la "obligación de las instituciones" de legar a los españoles, especialmente a los más jóvenes, "una España sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos". El mensaje del Rey es claro y firme, pero los partidos prefieren ignorarlo y centrarse en alimentar una polarización que daña profundamente al país. Es censurable, por otra parte, la ausencia en el hemiciclo de los representantes de varios de los partidos que apoyan al Gobierno (Junts, ERC, Bildu y BNG), en un gesto de manifiesta falta de respeto.
Las invocaciones a la Constitución han sido constantes, un hilo conductor en el sucinto discurso del Monarca, quien ha llamado al entendimiento entre las formaciones políticas, superando las divisiones y los enfrentamientos. En un contexto en el que se ha deteriorado el funcionamiento de los tres poderes del Estado y en el que se precibe una deriva partitocrática en la que han caído las grandes y las pequeñas formaciones, el Rey mantiene una actitud ejemplarizante con el claro propósito de dignificar los valores de nuestra democracia y de nuestra Constitución frente a quienes no creen en ella. Por otra parte, si la presidenta del Congreso pretendía rebajar «la polarización y el ruido», no lo ha logrado, porque su discurso ha sonado más a justificación de parte que a la neutralidad institucional que requiere la solemne ceremonia de inauguración de la legislatura.