Impulsar FIMA entre todos
Como expresidente de FIMA y de la Asociación Nacional de Fabricantes e importadores de Maquinaria Agrícola, Tractores y Espacios Verdes me siento autorizado para expresarme sobre la actual situación de un ente tradicional e importante para nuestra Comunidad, cual es la Feria de Zaragoza.
Compuesta por grandes profesionales absolutamente entregados, lleva ya más de ochenta años siendo una de las referencias económicas más importantes de nuestra Comunidad, con una continua evolución e incremento de nuevos eventos especializados, lo que la convierte en el mayor centro de atracción de grandes empresas y personalidades europeas y mundiales del sector, con lo que ello ha supuesto de posicionamiento del nombre de Aragón y Zaragoza.
Su vocación aragonesa le ha llevado en muchas ocasiones a la realización de eventos deficitarios, valorando simplemente la capacidad altruista de ofrecer dignos y diversos escaparates a nuestros ciudadanos. Vamos a poner igualmente como ejemplo de su buen hacer el desarrollo de nuestro Palacio de Congresos, con una aportación a la ciudad por la celebración de grandes eventos de profesionales de diversos sectores y que, como bien sabemos, tuvo unos inicios nefastos hasta que nuestra Feria asumió su gestión.
Después de lo expuesto, vamos a exponer la situación actual. Todo comenzó con la borrasca denominada Filomena, que por su imprevisibilidad nos sorprendió a todos y que generó el hundimiento de la cúpula central del recinto, una adversidad de importancia que con un alto esfuerzo se solventó sin que afectase en demasía a la evolución de los eventos habituales. Poco después, la incidencia del covid 19 fue determinante para una paralización de la actividad que se prolongó durante un plazo excesivamente largo, pudiéndose realizar algún evento posterior al período más peligroso con la inteligente decisión de mantener el prestigio que supone no perder el ritmo expositor que siempre la ha caracterizado. Y ya después de todas estas incidencias, cuando se suponía todo superado, la famosa riada, tromba histórica producida en el mes de julio, que en su recorrido anegó las instalaciones generando una inundación de fatales consecuencias, sobre todo en la parte menos visible, como los subterráneos que contienen transformadores, sistemas antiincendios, informáticos, instalaciones eléctricas para más de mil quinientos stands, etc, una auténtica desgracia acumulada a las anteriores después de tantos años de excelente evolución.
Después de unos ímprobos esfuerzos para superar todo lo expuesto, ahora estamos en vísperas del evento ferial más importante, FIMA, referencia mundial en el sector de la maquinaria agrícola, que con continuidad ha traído a Zaragoza en período bianual la presencia de más de doscientos mil visitantes procedentes de todos los continentes, con lo que ello presupone igualmente para la economía local y cercana en hoteles, restaurantes, consumo varios etc.
Y aquí estamos las empresas españolas del sector, mayoría de PYMES, dedicadas a la fabricación e importación de maquinaria agrícola, componentes diversos, insumos, digitalización, etc. que seguimos precisando de nuestro espacio, ese que nos permite tener ese escaparate. Es evidente que vendemos tecnología, pero en muchas ocasiones insertada en grandes máquinas, con varias toneladas de peso que nuestros profesionales agrarios en su mayoría quieren ver y tocar, por supuesto todo esto acompañado de la transformación digital necesaria y bien asumida por Feria.
Entre todos nosotros, y desde luego con la aportación de equipos de primeras marcas mundiales, nuestra Feria sigue teniendo un recorrido y futuro muy prometedor, aunque para ello precise del apoyo de todos, fabricantes, importadores, visitantes, profesionales... Estamos seguros de nuestras instituciones. Un ente tan importante para nuestra Comunidad precisa ahora que todos arrimemos el hombro en función de nuestras capacidades para que puedan gestionar de la mejor forma posible su continuidad. Es imprescindible para nuestra Comunidad, más aún teniendo presentes las grandes inversiones realizadas en recintos feriales por parte de diversas autonomías.
