Por un puñado de votos
La más grave de las renuncias es la pérdida de posición del Estado. La falaz interpretación que pretende encapsular este acuerdo entre dos partidos no oculta que uno de los firmantes formará Gobierno.
El PSOE asumirá en días el poder Ejecutivo. Pedro Sánchez cumplirá con lo acordado ante Junts, aceptando la existencia y justificación de un conflicto político en Cataluña, tal y como siempre ha pretendido Carles Puigdemont. Con la amnistía se borrará la autoridad de los tribunales de Justicia, fijando su deslegitimación y erosionando su papel en la defensa del Estado de derecho. «Mantenemos la posición -aseguró ayer mismo el expresidente catalán-, no hemos cometido ningún delito». Por un puñado de votos, por siete síes, se alterará el relato.
La rehabilitación de Puigdemont, que gracias a Sánchez ha pasado de ser un histrión olvidado en Waterloo a convertirse en el interlocutor victorioso del secesionismo catalán, permite que, a partir de ahora, se rompan los límites de cualquier negociación futura. Por ello, esta legislatura amenaza con conducirse entre el exceso y la tensión permanentes, sintiéndose el independentismo envalentonado y arropado en sus reclamaciones. La cesión ante Junts, que cuestiona los límites de la Constitución, altera la imagen de España ante sus socios europeos. En coincidencia con la presidencia de turno de la UE, Sánchez lanza un mensaje a Europa confirmando que para lograr una investidura hasta cabe doblegarse ante el partido que en las pasadas generales solo logró el quinto puesto en Cataluña.
