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  • Editorial

En contra de la amnistía

Concentración en Valencia contra la amnistía.
Concentración en Valencia contra la amnistía.
Rober Solsona / Europa Press

El acuerdo entre Sánchez y Puigdemont se ultimaba anoche con la idea de poder hacerlo público hoy mismo. No hay duda de que en él se incluye una amnistía que ya preocupa en la Unión Europea, como evidencia la carta remitida por el Comisario de Justicia, Didier Reynders, pidiendo información. Es natural que el PP utilice las herramientas democráticas a su alcance para dificultar esa medida. Las manifestaciones son legítimas siempre que no deriven en actos de violencia, que deben ser rotundamente condenados, ni se conviertan en un asedio permanente a las sedes socialistas.

Es natural que el PP utilice las herramientas democráticas a su alcance para dificultar esa medida. Las manifestaciones son legítimas siempre que no deriven en actos de violencia, que deben ser rotundamente condenados, ni se conviertan en un asedio permanente a las sedes socialistas

El PP ha convocado para el domingo manifestaciones que son un instrumento legítimo para mostrar el rechazo que la amnistía suscita en muchos ciudadanos. Sin embargo hay que repudiar los actos de violencia que están ocurriendo en algunas concentraciones, y los populares deben condenar esos hechos y apartarse de quienes los promuevan o los lleven a cabo. Por otro lado, el Senado, donde el PP consiguió mayoría absoluta, puede servir de valladar para al menos retrasar esa ley de amnistía que Sánchez está dispuesto a conceder a Puigdemont. La reforma del Reglamento de la Cámara Alta aprobada ayer evitará que la proposición de ley que envíe el Congreso se tramite por el procedimiento de urgencia, del que por otra parte ha estado abusando el Gobierno. También cabe que la Unión Europea, o sus tribunales, sirvan de freno, y ayer mismo el comisario de Justicia reclamó al Gobierno español información sobre un proyecto que afecta al Estado de derecho. La tensión por la pretendida amnistía se está trasladando a la política aragonesa. Ayer en las Cortes los grupos no consiguieron consensuar ni un debate sobre esa medida ni la condena de los ataques sufridos por algunas sedes socialistas; es triste, porque sin duda la mayoría de los aragoneses rechazan tanto la amnistía como esos actos violentos.

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