Por
  • José María Serrano Sanz

Paisaje urbano

Las terrazas han proliferado en Zaragoza en los últimos años.
Las terrazas han proliferado en Zaragoza en los últimos años.
Oliver Duch

Las ciudades son organismos vivos que van evolucionando con el paso del tiempo. 

En algunos momentos crecen y en otros se estancan o incluso pueden llegar a reducir su población. También el paisaje urbano se modifica al compás de nuevos usos y costumbres sociales, para adaptarse a cambios técnicos, como ha sucedido con los sistemas de transporte, o por decisiones de los responsables municipales. Cuando se toma una perspectiva de largo plazo esto es bastante fácil de ver; la Zaragoza de comienzos del diecinueve, la de comienzos del veinte o la de hoy mismo poco se parecen, aun siendo la misma ciudad.

Pero incluso en periodos más cortos, como el que nos permite nuestra propia experiencia personal, se producen transformaciones llamativas. Recordemos la ciudad que parecía al servicio del automóvil en los años setenta, con la ilusión por abrir grandes avenidas o con los coches aparcados en el paseo de la Gran Vía. Hoy todo aquello está afortunadamente desterrado y la ciudad ha recuperado su lado humano. Sin embargo, quizá es hora de plantearse si nos estamos dejando dominar por las terrazas, que invaden aceras, plazas y calzadas. Quienes pensábamos que eran solo un producto razonable de las restricciones de la pandemia, estamos empezando a temer que sean parte permanente de un nuevo paisaje urbano, tan incómodo para el paseante como los patinetes.

José María Serrano Sanz es académico de Ciencias Morales y Políticas y catedrático de Economía de la Universidad de Zaragoza

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