Como estaba previsto

Saludo a los invitados en el Congreso de los Diputados.
Como estaba previsto
Efe

Qué importante es a veces que ocurra simplemente lo que estaba previsto que ocurriese! Y nada más. Así se desarrollaron las cosas ayer en el juramento de la Princesa. Con la debida solemnidad, cada cual estuvo en su papel, dijo lo que tenía que decir e hizo lo que tenía que hacer. 

Aunque es verdad que algunas mentes malévolas pudieron tener la impresión de que a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, se le atravesaron un poco en la garganta los vivas a la Constitución, a España y al Rey que tuvo que dar antes de levantar la sesión. Bueno, es posible, pero los dio, cumplió con su función en la ceremonia. E hizo bien cuando tomó como guía las palabras que Gregorio Peces-Barba -uno de los padres de la Constitución- pronunció en 1986 en ocasión del juramento de don Felipe. Aquel momento también solemne del actual rey de España ha servido ahora como modelo a la Casa Real y al Congreso para la organización del acto de doña Leonor. Y eso está bien. Porque nos entronca, que falta nos hace, con el espíritu de la Transición, y porque nos ayuda a crear una tradición. Y la tradición no es solo importante para la monarquía, también para la democracia, que necesita, además de leyes, hábitos y usanzas, referencias que den seguridad a los procedimientos. El aplauso de las Cortes y del público y el seguimiento popular del acto son un aval para la Princesa, para la Corona y para la Constitución.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Víctor Orcástegui)

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