El sector exterior aragonés presenta un incremento de ventas del 4,7% en los ocho primeros meses de este año 2023, cifra que supera en más del doble a la media del país (1,8%). Este dato demuestra que la Comunidad está aguantado hasta ahora mejor que la mayoría de las regiones españolas, e incluso de buena parte de Europa, la etapa de intensa incertidumbre económica desencadenada por la guerra de Ucrania, la crisis energética y la inflación. La fortaleza del mercado laboral y la robustez del sector exterior han cimentado esta resistencia. Ante una posible ralentización de los mercados internacionales, por el aumento de las tensiones geopolíticas y la persistencia de las tensiones inflacionistas, las empresas deben estar preparadas para poder anticiparse y adaptarse a nuevos escenarios. La estabilidad de las instituciones, empezando por el Gobierno central, también sería de gran ayuda.

Entre enero y agosto, las exportaciones aragonesas alcanzaron los 11.391 millones de euros, de los que el 30,9% corresponde a la industria del automóvil y el 20,5% a alimentación y bebidas. De hecho, la automoción y la agroindustria son los dos grandes pilares del comercio exterior de la Comunidad. Este año destaca el buen comportamiento en los mercados de tres vehículos que se fabrican en la planta de Stellantis de Figueruelas. En cuanto a la alimentación, la clave es el porcino, con varios grupos empresariales potentes que han sabido suplir la caída de ventas a China (que ha superado la crisis sufrida por una peste porcina) derivando su producción a otros mercados europeos y asiáticos. Para que las compañías aragonesas sigan desarrollando su poderosa vertiente exportadora es necesario que continúen abriéndose a mercados de distintos continentes y que se sigan ampliando los sectores para no depender en exceso de uno concreto.