La Fiscalía General del Estado en su memoria del año 2022 pone de manifiesto el aumento y agravamiento de las conductas violentas de niños y adolescentes. Entre los delitos más graves se encuentran el homicidio y el asesinato consumado o en tentativa, que entienden tienen que ver con el aumento de las armas blancas entre jóvenes y la proliferación de bandas juveniles. 

"Usas el cuchillo porque lo ves normal", dice un menor condenado por homicidio en grado de tentativa. El propio fiscal general ha calificado las conductas de menores como "explosión delictiva".

Lamentablemente han aumentado mucho los delitos contra la libertad sexual, que demuestran una carencia de educación sexual y sentimental, y la necesidad de que se adopten medidas para evitar el acceso a la pornografía a edades cada vez más tempranas.

El ministerio público declara su preocupación por la "banalización" de la violencia entre los jóvenes y por "la carencia total de valor por la integridad física propia y ajena", lo cual es muy grave. Ello pone de manifiesto la urgencia de una buena educación contra la violencia, único camino para lograr una sociedad respetuosa e igualitaria. Educación que corresponde a las familias, a los docentes, a los centros escolares, a las administraciones y, en definitiva, al conjunto de la sociedad.

Además de la violencia que recoge la fiscalía, existe otra menos visible reconocida en las aulas por el 55% del profesorado en una encuesta del sindicato CSIF. Fuera de ellas, hace poco, unos menores de entre 11 y 14 años hicieron con inteligencia artificial imágenes de niñas y adolescentes desnudas. En este caso, se puso más el foco en el método que en la necesidad de la supervisión que deben hacer las familias en el tiempo que dedican los hijos a navegar por el espacio digital.

No debemos olvidar en el marco global de la violencia los más de 175.000 casos de violencia machista del año pasado y las 49 mujeres asesinadas hasta hoy por sus parejas o exparejas. Datos intolerables que no deberían ser objeto de discrepancias políticas.

Contra la creciente crispación y violencia en la sociedad es necesario humanizar la convivencia y detener la normalización de la bronca, el desprecio y el insulto con voces de paz.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Concha Roldán)