Los baños

Las instalaciones del balneario de Los Baños de Benasque han sido víctimas del vandalismo y el pillaje desde que cerraron en 2019.
 Los Baños
M. J. V.

Parece que lleve cien años abandonado, ¡qué pena!, me escribía mi amiga Elena el 27 de septiembre por la noche. También ella estaba viendo en Aragón TV el documental sobre el estado actual de los Baños de Benasque. "Hasta las barandillas de la terraza se han llevado".

Ella, que trabaja en Cerler desde hace muchos años, recuerda los bocadillos de longaniza y los buenos momentos que disfrutaba allí. Yo subía con mi abuela cada verano, desde 1990 hasta 2005. Tengo innumerables recuerdos de aquellas novenas casi monacales tras las que volvía fortalecida a la ciudad. Otras veces he escrito de ello y hoy me duele recordar, se me parte el corazón viendo el paraíso convertido en un infierno. Ahora que no queda nada, el Ayuntamiento de Benasque, propietario del balneario, ha decidido tapiar todas las entradas, porque cuesta mucho dinero subir hasta allí los materiales para su rehabilitación. No entiendo nada y cuando no entiendo nada me pongo a llorar. Y pregunto: ¿Cómo y para qué se han sacado de allí muebles, sanitarios, enseres, puertas y marcos de ventanas, electrodomésticos, barandillas, todo lo que pudiera venderse a saber a quién, y por quién? Una cosa es el vandalismo, las horribles pintadas y desperdicios por el suelo, y otra es el expolio para el que se necesitarían varios camiones. La última vez que subí fue en el verano de 2015. Quería que Antoine tomase las aguas y que entendiese por qué fui tan feliz entre aquellas vetustas paredes. En el cuarto de la ropa blanca la gobernanta nos enseñó un viejo sombrero de mi abuela que debí haberme llevado puesto.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Cristina Grande)

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