El aire urbano contra la salud

Todas las dudas sobre la zona de bajas emisiones en Zaragoza: ¿puedo entrar con mi coche? ¿Y con mi moto?
El aire urbano contra la salud
Toni Galán

Hablar de la incidencia de la contaminación del aire en la salud ciudadana es el cuento de nunca acabar. Porque cada vez su relación inversa es mayor. Cada poco tiempo los medios de comunicación hablan de la calidad del aire. Nos hemos asomado al índice de calidad del aire (ICA) que presenta el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. 

Imposible comentar aquí lo mucho que allí se explica. En su web se puede comprobar, en tiempo real y de forma sencilla, la calidad del aire que marcan las estaciones de medición de la red nacional de vigilancia. También incluye recomendaciones sanitarias para la población general y la población sensible. Además, permite conocer la evolución del estado de calidad del aire de su ciudad en los últimos meses.

Este es un asunto del que deben ocuparse fervientemente los gobernantes y sobre el que debe sensibilizarse toda la ciudadanía. Tanto la que conduce un vehículo contaminante como aquella que permanece largo tiempo en una terraza de bar ‘comiéndose’ casi literalmente el mal aire que respira. Paseen por su ciudad y lo verán. Hay lugares de Zaragoza en donde los veladores están rodeados de coches en circulación; en algunos con los contenedores de basura al lado. ¿Quién, en su sano juicio de la salud, es capaz de sentarse largo rato sin importarle lo más mínimo estar respirando elementos tóxicos perjudiciales que son acumulativos?

Bien está que el Parlamento Europeo apruebe normas más severas en la movilidad urbana para que las ciudades proporcionen aire de calidad para sus habitantes. Por cierto, con la antigua o nueva oposición del PP y Vox en ciertos lugares. El principal objetivo de la nueva reglamentación/regulación europea es fijar una serie de límites más estrictos para 2035 en varios contaminantes, entre los cuales se señalan de forma especial las partículas finas o el dióxido de nitrógeno, de tal forma que se llegue a la ‘contaminación cero’ en 2050. El Parlamento, suponemos que harto de la dispersión de cifras y la supuesta desinformación ciudadana, pretende que se establezcan más puntos de recogida de datos de la contaminación atmosférica. La ciudadanía debe consultar los datos. Conocer si existen en su ciudad y si se les da información puntual sobre ellos. Porque el tema es serio y nos despreocupamos mucho y mal, aludiendo a que no entendemos o que no vemos. Por cierto, se calcula que la contaminación del aire urbano provoca unas 300.000 muertes prematuras al año en la Unión Europea.

La contaminación del aire en las ciudades puede ser causa de enfermedades y
aumenta la mortalidad. A pesar de ello, parece que no nos preocupa demasiado

Pero parece que la salud de los urbanitas contaminados por su aire respirado poco importa a la mayoría de nuestros gobernantes. En la actualidad solo funcionan 14 –Zaragoza entre ellas– de las 149 zonas de bajas emisiones (ZBN). Son obligatorias por ley en ciudades de más de 50.000 habitantes. Deberían haber cumplido con la norma en 2023. Han tenido tiempo y dinero. Se les han proporcionado fondos europeos por valor de 1.500 millones de euros. Pero aun así, incumplen. ¿Cómo llamar a sus ediles?

No podemos quedarnos de brazos cruzados (y narices tapadas). Tenemos la suerte de que disponemos en España de mucha información sobre el supuesto lento daño grave en la salud. Está de acceso libre en la web del Instituto de Salud Carlos III, en la del IS Global de Barcelona. Aquí tenemos al IACS (Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud) y los colegios de médicos. También a Jesús de la Osa, del Servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza, uno de los mejores expertos y divulgadores de la relación entre contaminación del aire urbano y la salud ciudadana. La revista ‘Neurology’ avisaba estos días de que la polución atmosférica aumenta el riesgo de sufrir un ictus a corto plazo. Unos y otro difunden en sus sitios web todas las novedades con respecto a este tema. Permanezcamos atentos a lo que se publica y estaremos cuidando nuestra salud. No olvidemos los ruidos de la movilidad, otro distintivo urbano altamente contaminante.

Por cierto, ¿considera que el aire que normalmente respira está contaminado? No deje de leer los informes sobre calidad del aire que Ecologistas en Acción publica cada año. Acabamos como empezamos. Imagínese un cuento para llevarlo interiorizado, que tenga un final feliz. Cuéntelo a quienes le rodean y plantéese alguna acción para mejorar la calidad del aire que respiramos todos.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Carmelo Marcén)

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